Todas y todos quienes vivimos en el estado de Puebla sabemos de la época de oscurantismo que vivimos en el pasado reciente. Una época en donde los medios de comunicación se encontraban ‘maniatados’, la información era evidentemente manipulada para apuntalar a ciertos personajes en sus aspiraciones políticas, cubrir sus desfalcos y maquillar los excesos y vicios ocultos dentro de las grandes obras que, hasta la fecha, no se han podido pagar.
Vivimos una época en donde las autoridades de Seguridad Pública estaban instrumentadas para que, mediante el uso del terror y la intimidación, la población se mantuviera ‘apaciguada’. No debemos de olvidar esos tiempos donde la élite que había llegado al poder se sentía intocable e inalcanzable.
Hoy tenemos varios personajes que fueron partícipes de la vida pública y digo ‘fueron’ porque nadie sabe dónde andan, sólo sabemos de su existencia por los comentarios llenos de veneno que sueltan en ‘tuitazos’. La CNDH, si bien es un ente de suma importancia para la defensa de los Derechos Humanos y uno de los principales observadores de la aplicación del Estado de Derecho, muchas veces carece del alcance para tener sobre la mesa todos los datos y el contexto de lo que sucede, en donde vivimos millones de poblanas y poblanos.
Los que se proclaman hoy mártires y se dan golpes de pecho denunciando la vulneración de sus derechos humanos, sólo muestra la desmemoria selectiva en la que viven, donde sólo les parece pertinente aludir a su buena fe y al recuerdo de lo que una vez fueron. No nos hagamos tontos, los señalamientos están fundamentados, están evidenciados y, sobre todo, están denunciados. La CNDH debe observar con mayor detalle lo que pasa, el contexto político y social de Puebla, informarse sobre la época oscura del morenovallismo y los personajes tan siniestros que de esta emanaron.
En otros temas de desmemoria y demencia selectiva, quienes formaron parte del extinto gobierno municipal de Puebla dicen que de las más de 2000 observaciones en la Entrega-Recepción con la nueva administración capitalina ‘no les quita el sueño’; lamentables declaraciones sin duda, ya que fue una administración de las más opacas e inoperantes, creo yo que sí deben estar preocupados.
Ahora está en manos del actual edil de nuestra ciudad. Él deberá agotar los tiempos para subsanar las observaciones por parte de la administración pasada, pero ―eso sí― no debe haber tolerancia. Esperemos que se haga justicia, porque nuestro compromiso como servidores de cualquier color, fobia o filia, es que nos debemos a la gente y nada más.
