Un socavón como el que actualmente consume a Juan C Bonilla apareció en 2011 en Santiago Mitlatongo, Oaxaca; cuatro años después, este gran agujero se tragó una decena de casas y que provocó que toda una comunidad tuviera que abandonar sus viviendas para salvarse de una tragedia y ser reubicados.
En Mitlaltongo todo inició como en la comunidad poblana de Santa María Zacatepec: era un hundimiento que no llamó la atención hasta que empezó a tomar dimensiones considerables con el pasar de los meses y empezó a tragarse casas.
Fue en septiembre del 2011 cuando en esta comunidad ubicada a 120 kilómetros al oeste de la capital de Oaxaca, en la región de Nochixtlán, la tierra comenzó a hundirse debido a una falla geológica, en el cerro Peña Colorada, donde una roca se desprendió y creo unas grietas en viviendas de la zona.
Durante algunos días, los más de mil pobladores continuaron su vida de manera habitual aunque algunas viviendas, escuelas, iglesias tenían afectaciones estructurales, y al igual que en Juan C Bonilla, en Oaxaca el nivel del agua comenzó a abrirse paso entre la tierra acercándose a las viviendas aledañas a este fenómeno.
Días después, las autoridades de dicha comunidad decidieron reubicar a todos los habitantes a un kilómetro de su ubicación original, con el objetivo de no tener pérdidas humanas, inicialmente alojando a los afectados en un albergue y posteriormente, con la construcción de nuevas viviendas tras varias protestas.
Ya deshabitado, el hundimiento siguió creciendo y el nivel del agua aumentando en una considerable proporción hasta el 2015 que alcanzó las 15 hectáreas, con esta longitud Santiago Mitlaltongo desapareció y en su lugar quedó un lago que de acuerdo con los geólogos año tras año hasta la fecha ha venido creciendo de 3 a 5 centímetros.
Socavón de Puebla: fenómeno que genera incertidumbre
Caso similar es el socavón de Juan C Bonilla que apareció la madrugada del 29 de mayo como un hundimiento de nueve metros de diámetro, que creció en poco más de dos semana a un dimensión de 126 metros por 122, ya arrasó con una casa, sin embargo, hasta este día los expertos del Instituto Politécnico Nacional no han podido determinar cuánto puede llegar a alcanzar, ni las causas de su origen.
Aunado a esto, se han detectado fisuras aledañas que mantienen en incertidumbre a los vecinos de Santa María Zacatepec, e incluso a las autoridades estatales, que día a día van analizando aumentar más el perímetro para que curiosos no se acerquen a uno de los ‘atractivos’ que se han generado en los últimos meses.
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Iván Reyes
@_ivan_reyes