Andrés Roemer además de ser señalado por más de 60 denuncias por violación, acoso y abuso sexual, entre sus escándalos también destaca su excentricismo y su gestión como el primer embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el mayor gasto mensual en arrendamiento registrado de los últimos ocho años.
En marzo de 2016, el entonces presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado de la República una lista de 22 candidatos a embajadores, representantes y cónsules generales de México en diversos países. En dicho listado aparecía el nombre de Andrés Isaac Roemer Slomianski, quien fue propuesto por Peña Nieto para representar a México ante la Unesco, dando así a una lista de interminables excentricismos durante su paso por este cargo.
De acuerdo a la nota publicada por Emeequis, Andrés Roemer eligió para vivir la residencia de Zlatan Ibrahimovic marcada marcada con el número 81 de la Avenida Víctor Hugo, una de las calles principales del XVI Distrito de París, y el costo por vivir en ella ronda los 15 mil euros mensuales (alrededor de 310 mil pesos), una cantidad que el gobierno de Peña Nieto cubrió durante cinco meses, para que Roemer habitara en ella.
La extravagancia de Roemer no se detuvo, además de la renta de aquella vieja casona que él mismo eligió para vivir en la llamada “ciudad del amor”, el gobierno de Enrique Peña pagó con recursos públicos su mudanza, seguros, sus traslados y el de su personal más cercano, incluido su chofer y su personal de servicio.
En el breve tiempo que fue embajador, Roemer logró mudarse con su piano propio, 40 pinturas, 552 instrumentos de cristalería y su automóvil, un Mercedes Benz. Según los registros, el gobierno mexicano pagó por la mudanza de más de 2 mil 700 bienes muebles propiedad del entonces diplomático, valuados en 135 mil dólares (poco más de 2.4 millones de pesos**), que viajaron por mar de Estados Unidos a Francia.
Dentro de las extravagancias, fue el traslado de su piano valuado en 10 mil dólares, el cual llegó a la mansión de uno de los barrios más exclusivos de París. Sin embargo, el instrumento musical desembarcó con rasgaduras, lo que propició que el gobierno mexicano tuviera que destinar unos cuantos miles de pesos para resarcir los daños a su propietario, el embajador Roemer.
El piano, detalló, tenía una rasgadura, por lo que consideró que debería pagársele 27 mil pesos como indemnización. Un plato de presentación estaba quebrado, solicitó el reembolso del costo total: 34 mil pesos. Una jarra de arcilla, quebrada, valía 38 mil. Una mesa llegó con una pata rota: pidió 83 mil pesos.
Además reportó una lámpara cuyo vidrio llegó roto, una cuchara decorativa partida a la mitad (por la que solicitó 3 mil 600 pesos), daños en un guardarropa y la pérdida de su reproductor de música.
Cuando Andrés Roemer llegó a la sede de la Unesco, los protocolos oficiales se transformaron en lo que algunos extrabajadores consideran un circo, un acto constante de extravagancia. Primero, rechazó utilizar el personal que la Delegación mexicana le ofrecía: Roemer quería a su chofer de confianza con él.
Así, bajo su cargo de embajador, solicitó que la delegación interviniera y realizara todos los trámites para llevar hasta Francia a Aldo Eduardo Meneses Reyes. Le consiguió pasaporte, visa, permiso de larga estancia y de trabajo –algo complicado para un extranjero común que busca empleo en este país–. Incluso existen varios documentos, en poder de EMEEQUIS, que acreditan que se le nominó de forma oficial “personal privado del embajador”.
Esta solicitud llamó la atención de los miembros de la Delegación, sin embargo, cuando se hicieron públicas más de 60 denuncias por violación, acoso y abuso sexual, presuntamente cometidas por Andrés Roemer entre 2002 y 2020, detectaron en la narrativa de las sobrevivientes una constante que le daba sentido a la vieja petición: su chofer personal era quien le ayudaba con el traslado de las jóvenes a su casa en la colonia Roma, “la Guarida del abuso”, y en varias ocasiones atestiguó de propia mano los abusos cometidos por Roemer.
Roemer sólo duró dos meses y medio, luego de que fuera despedido por incurrir en violaciones a la Ley del Servicio Exterior Mexicano durante una votación relativa al conflicto entre Israel y Palestina.
Cinco años después de haber sido embajador, Andrés Roemer enfrenta en México más de 60 acusaciones por presuntos delitos sexuales. El escándalo saltó de lo nacional a lo internacional: tras conocer que hay una orden de aprehensión en su contra, la Interpol emitió una ficha roja para capturarlo.
Con información de EMEEQUIS.
Redacción Diario Cambio
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