Jueves, 18 de Abril del 2024

Crónica: 45 días de frío y resistencia por la defensa del mercado histórico de Amalucan (FOTOS)

Viernes, 05 Marzo 2021 03:51
Crónica: 45 días de frío y resistencia por la defensa del mercado histórico de Amalucan (FOTOS)

La jornada laboral de los comerciantes inicia a las 7:00 horas, aunque algunos deben madrugar para ir a la Central de Abastos a surtirse de mercancía y así proveer a sus clientes habituales

José Campos

@josecamp11



Bajo el frío y en la soledad de las calles del norte de la ciudad, los locatarios del Mercado de Amalucan cumplieron un mes y medio haciendo guardias nocturnas de 12 horas para cuidar que no los ‘madrugue’ el gobierno de Claudia Rivera Vivanco y derrumbe su centro de trabajo; hombres, mujeres, niños y señoras defienden un espacio que fundaron sus antecesores desde hace 43 años.


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Mientras las horas transcurren en las afueras del Mercado Amalucan, los locatarios se sientan alrededor de una pequeña hoguera que alimentan constantemente para que no deje de proporcionarles calor a las personas que, codo a codo, se mantienen despiertas para cuidar parte de su patrimonio.


La jornada laboral de los comerciantes inicia a las 7:00 horas, aunque algunos deben madrugar para ir a la Central de Abastos a surtirse de mercancía y así proveer a sus clientes habituales, gente de las colonias aledañas que día tras día acuden con sus vendedores de confianza.


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Después de 12 horas de jornada laboral, las puertas del mercado se cierran y dos veladores quedan al interior para vigilar los locales ante cualquier hampón que quiera saltarse la reja para robar mercancía.


Entre las 19:00 y 22:00 horas llegan los locatarios que se quedarán afuera del mercado para vigilar que el Ayuntamiento de Puebla no intente llegar con maquinaria a derrumbar el Mercado, escabulléndose entre las sombras de la noche y la soledad de las calles de Amalucan.


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La situación orilló a los que se oponen a la demolición del mercado a crear un sistema de guardias para que nunca se quede sin vigilancia el inmueble, las personas que deberán quedarse llegan a pasar lista con una ‘encargada’ y a los que falten se le impone un castigo, aunque en algunos casos llegan a pedir que cubran su turno, ya que deben madrugar para surtir sus puestos.


El calor de la fogata improvisada no es suficiente para hacer frente a los últimos fríos del invierno, deben echar mano del calor que les ha formado la camaradería para que la noche pase desapercibida.



“A las 2 es cuando comienza a arreciar el frío”



“A las 2 es cuando comienza a arreciar el frío”, dice una joven mientras sirve un vaso de café a una señora para que entre en calor.


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Las bromas, las anécdotas y sobre todo el espíritu de lucha contra un gobierno en el que confiaron por contarles que sería distinto y pondría atención al pueblo que terminó reflejando la historia del morenovallismo, hacen que las horas pasen como agua y sea más amena la espera a que den las 7:00 horas para reiniciar la jornada laboral.


Para ellos el Mercado Amalucan no es sólo un inmueble que se creó hace 43 años por la donación de un predio del gobierno en turno; sus padres, tíos, primos, hermanos y en algunos casos ellos mismos, iniciaron sus negocios con lonas y palos.



“Ha habido temblores y mire, ni una grieta, el drenaje sirve y no se inunda el mercado, está bien hecho porque lo hicimos nosotros”



“Ha habido temblores y mire, ni una grieta, el drenaje sirve y no se inunda el mercado, está bien hecho porque lo hicimos nosotros”, dice un señor mientras relata cómo tuvieron que poner dinero propio para levantar cada pared, cada lámina del techo, cada estructura de metal en el mercado ya que el gobierno, aunque les cobraba mes con mes su respectiva cuota, nunca se acercó a ver sus carencias.


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Aunque han sido amenazados, provocados e incluso golpeados desde que inició una batalla más contra el gobierno, dicen que están más unidos que nunca, crearon una familia que lucha para proteger lo que han construido año tras año.


Ellos depositaron su confianza en la Cuarta Transformación, aquellas promesas de ser distintos y ‘primero el pueblo’ se derrumbaron ante su realidad en el momento en el que Claudia Rivera y sus funcionarios amenazaron con hacer la obra porque sí.


Mientras los funcionarios de la capital lanzan amenazas a través de sus redes sociales y buscan imponer un proyecto no consensuado con los principales afectados desde la comodidad y calidez de sus casas, día con día un grupo de comerciantes se plantan en el Mercado Amalucan curtiendo sus pieles con el frío de las inclementes noches de febrero, preparándose para el último enfrentamiento:



“Nosotros ganaremos, el pueblo siempre tiene la razón”.



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