“Estábamos acostumbrados a que nuestros pacientes pudieran salir adelante, ahora es horrible ver cómo mueren día con día por un virus invisible, todo cambió para nosotros con la llegada del COVID”, narró para CAMBIO Sergio Assia, médico del Hospital Ángeles de Puebla que se encuentra en la primera línea de batalla a un año de enfrentar la pandemia.
En carne propia el médico Sergio Assia, quien dirige el área de consultorios pediátricos de dicho nosocomio privado, narró que desde la llegada de esta pandemia en el sanatorio ha visto varios cambios que han tenido que ser necesarios para preservar la salud de los enfermos de COVID, mencionando que a él lamentablemente le atacó este virus en tres frentes: profesional, laboral y personal.
“Este virus nos tomó por sorpresa”
En entrevista con CAMBIO, el doctor Sergio mencionó que todos los médicos en general están acostumbrados a convivir con enfermedades, pues a él le tocó vivir varios brotes como sarampión, cólera, influenza, entre otros que no pasaron a mayores.
Sin embargo, con la llegada del COVID, Sergio Assia dijo que esta enfermedad se ensañó con todo el personal del sector salud, pues a lo largo del año que lleva dicho virus atormentando a los poblanos y a sus compañeros, los ha visto caer día con día.
“Tú ves cómo tus compañeros de trabajo, enfermeras, camilleros, personal administrativo, van cayendo, eso merma nuestra capacidad de operación y te da una perspectiva diferente, quizá no es temor, pero ahora hasta da miedo ver a una persona toser”, dijo el doctor especializado en pediatría.
Incluso, mencionó que él y otros compañeros del hospital tuvieron que comprarse sus propios insumos contra el virus, pues los que les otorga el sanatorio no son suficientes para hacerle frente a la pandemia.
“Los insumos nosotros los tenemos que andar buscando, es escaso, caro, te causan alergias, irritación, sudas, tienes que lavarte mil veces las manos, tener protocolos muy especiales en los consultorios que nadie te los paga, tú tienes que costearlos”, reveló el médico.
Incluso dijo que no sólo a él la pandemia le cambió la vida, sino a todo el hospital Ángeles, pues varias áreas tuvieron que desaparecer o dejar de otorgar sus funciones habituales para resguardar a pacientes infectados de coronavirus, incluida el área de pediatría que él dirige.
“El área de pediatría desapareció, se convirtió en área COVID, yo tengo que ir a refugiarme con mis niños hospitalizados a ginecobstetricia, el área de terapia intensiva para niños también desapareció, ahora es terapia intensiva no COVID para adultos, cambió tanto el perfil del hospital que es irreconocible, todos se ven de lejos, con desconfianza, todas las áreas sociales del Hospital se cerraron completamente”.
“A mí no me han vacunado como médico, tuve que ir a Cholula a vacunarme”
El médico Sergio Assia, quien tiene 67 años de edad, relató que a pesar de tratar con pacientes infectados de COVID que son menores de edad que lamentablemente adquieren el virus por sus padres, dijo que no fue convocado dentro del grupo del Plan de Vacunación Federal que otorgó el gobierno de México para hospitales privados.
Mencionó que el tenía esperanza y fe en recibir la dosis para ser resistente al virus, sin embargo ni siquiera fue contemplado entre el personal del Hospital Ángeles para aplicarse la dosis, a pesar de encontrarse en la primera línea de batalla, por ello acudió a los Centros de Salud de San Andrés Cholula el día de la inoculación de adultos mayores junto con su esposa para ser acreedor a la dosis.
“A mí no me vacunaron como médico y ni me han llamado, eso es triste, mejor me fui a formar porque vivo en San Andrés Cholula, cuando se les aplicó a las personas de la tercera edad la vacuna, junto con mi esposa, yo tengo 67 años y formé parte del grupo”, lamentó Sergio Assia.
“He atendido a 80 mujeres embarazadas contagiadas de COVID”
Como parte de sus experiencias, el médico especializado en pediatría, mencionó que a lo largo de esta pandemia ha atendido a 80 poblanas que en labores de parto han presentado síntomas de COVID como fiebre, dolor de cabeza y tos. Ahí es donde el personal de urgencias se tiene que poner en acción, protegerse y proteger a la paciente.
“El proceso de labor de parto que antes era sencillo se tornó complejo porque tienes que llevar a la paciente a un quirófano especial porque tiene COVID, si es cesárea se convierte en alto riesgo porque ingresan varios especialistas e instrumentistas (...), luego obtienes un bebé que está potencialmente contaminado, imagínate la complicación de no poder llevar el bebé al cunero normal hasta que se nos entreguen las pruebas de que salió negativo del virus”, reveló el médico.
Por último, el galeno hizo un llamado a toda la población a no relajar las medidas, pues mencionó que esta enfermedad no podrá controlarse hasta que el 85 por ciento de la población tenga los suficientes anticuerpos y que probablemente hasta el año siguiente, es decir el 2022, se pueda regresar a la vida que anteriormente se llevaba a cabo.
“El futuro es sombrío, las vacunas son nuestra esperanza pero es cruelmente lento el proceso, entonces no sé en cuántos meses o años vamos a estar listos para regresar a las actividades normales, definitivamente en este año no será, ni en el siguiente, hay que acostumbrarnos al cubrebocas, a todos los protocolos sanitarios por lo menos dos años, y todavía nos van a costar miles de muertos más”, finalizó.
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Fernanda Escobedo
@mf_escobedo