El miércoles 18 de septiembre se reportó el hallazgo de siete cuerpos en Culiacán, algunos de ellos marcados con sombreros, lo que indica su pertenencia al grupo del Mayo Zambada. Esto ocurre en medio de un clima de violencia que persiste, a pesar de los llamados a la normalización de actividades y el regreso a clases presenciales.
Las ejecuciones continúan en el contexto de la confrontación entre facciones del Cártel de Sinaloa. Ambas partes han llevado a cabo una serie de asesinatos, dejando claras señales sobre a qué grupo pertenecen las víctimas.
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En la zona sur de la ciudad se encontró el cadáver de una mujer, con las manos atadas y el rostro cubierto. También, en el ejido El Melón, a 70 kilómetros de la capital, fue hallado el cuerpo de un joven. Durante la madrugada, se registraron tiroteos en diversas colonias de la ciudad, como Las Quintas y Miguel Hidalgo.
Uno de los casos más impactantes fue el descubrimiento de cuatro hombres bajo un puente en la zona sur de Culiacán. Todos presentaban signos de tortura; dos de ellos fueron decapitados y se halló un sombrero ensangrentado en el lugar.
En otro hecho, el cuerpo de Víctor Francisco, quien había sido reportado desaparecido, fue hallado en la colonia Barrio Campesino. El cadáver localizado en calles de Culiacán estaba esposado y llevaba un sombrero con las iniciales MZ (Mayo Zambada).
Esta ola de violencia coincide con el inicio de un operativo de seguridad en escuelas de Culiacán y otros municipios, mientras el presidente López Obrador acusa a sus adversarios de intentar desprestigiar su gobierno al difundir estos hechos violentos.