Prácticamente hace unas horas, la noche del sábado 7 de septiembre el conductor de un automóvil Porsche fue “levantado” por un grupo armado en Plaza Solesta, zona de Angelópolis.
Estos incidentes son reveladores porque demuestran el nivel que han alcanzado los grupos delictivos. Se trata de células que se mueven en la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP) portando armas largas; fusiles AR-15 o AK 47.
En cuestión de minutos los sicarios salen y entran del municipio de Puebla para desplazarse en San Andrés Cholula o viceversa.
No es un problema privativo de un municipio. El crimen se mueve en toda la zona conurbada.
Los datos que se conocen arrojan que ocupantes de una camioneta realizaron el “levantón” de un hombre, pero es obvio que hay otros vehículos involucrados.
Siempre hay un segundo grupo armado que está 100 o 200 metros atrás para hacer una labor de “muro” o “barrera”; su función es bloquear el posible paso de unidades policiacas y permitir que la camioneta principal pueda salir rápidamente de la zona.
Otro aspecto a destacar es que evidentemente el grupo criminal que perpetró el “levantón” no huyó hasta San Martín Texmelucan o Tlaxcala.
Esa célula se escondió en una casa de seguridad que está a menos de media hora de plaza Solesta.
Los grupos criminales se instalan en casas que rentan o les prestan terceras personas. Desde esas guaridas se pueden mover hacia los puntos donde realizan “levantones” o ejecuciones.
El mismo diagnóstico aplica para los hechos ocurridos en el casino Big Bola. No hay crimen sin una casa de seguridad que se encuentre a menos de media hora.
Inevitablemente esto nos lleva a pensar que en la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP) hay varias madrigueras y guaridas de grupos criminales.
Frente a este panorama cobra especial relevancia el nombramiento de Fernando Rosales Solís como Secretario de Seguridad Ciudadana del próximo Ayuntamiento de Puebla. El anuncio representa una acertada decisión por parte del alcalde electo José Chedraui Budib.
Rosales Solís fue el responsable de las áreas de delitos de alto impacto y anti secuestros durante el morenovallismo.
El contraste fue dramático y drástico. Mientras Víctor Carrancá Bourget representaba una letanía de yerros y pifias, Rosales Solís conducía su área con rigor y precisión.
Carrancá fue el rostro de la incompetencia, mientras Rosales fue expresión de firmeza.
En los inicios del morenovallismo, en 2011 Rosales llegó a la entonces Procuraduría General de Justicia de Puebla como titular de la Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto (DGADAI).
Poco tiempo después el área cambió de nombre a Fiscalía de Investigación Especializada en Secuestros y Delitos de Alto Impacto (FISDAI) donde el funcionario siguió acumulando resultados.
Es uno de los mejores policías investigadores que ha tenido Puebla y su trabajo se habrá de reflejar en una etapa especialmente complicada para la Angelópolis.
En los tiempos más oscuros y violentos que haya visto la Zona Metropolitana de Puebla, el nombramiento de Rosales Solís es una señal positiva.
Ahora falta que se instale una comandancia intermunicipal; un mando que coordine en tiempo real las corporaciones de los municipios conurbados.
La presencia de cárteles del crimen organizado es indiscutible. Solo una fuerza policiaca conducida con rigor podrá hacerles frente.
Estaremos atentos.
Como siempre quedo a sus órdenes.
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