Con la cara levantada, sin nada en su maleta y con total ascetismo, así salió de Palacio Nacional el ahora ex Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Rifo su reloj.
Regaló sus trajes.
Obsequió su biblioteca personal.
Así terminó su periodo de gobierno el hombre más influyente de las últimas décadas.
Habrá quienes critiquen su Gobierno, sus estrategias, sus dichos y sus declaraciones, pero pocas veces podemos ser testigos del final de una historia de éxito que seguramente será recordaba por generaciones.
Es por ello que no hablaremos de los resultados de su gestión, sino del mito que se generará en su nombre.
Un hombre que lucho incansablemente con el único objetivo de ser Presidente de México.
Lo hizo desde el priismo rancio todopoderoso.
Lo hizo en los aires revolucionarios de la izquierda perredista.
Y al final terminó fundando Morena, que bien podría ser catalogado como el movimiento político más relevante de los últimos años en el mundo.
Y así arrasó en 2018, dejando al borde de la extinción al “partidazo”, arrebatando gubernaturas, el Senado, el Congreso y cientos de Municipios.
Hizo nacer el “efecto AMLO”.
Pocas personas en la historia pueden vanagloriarse de poder lograr una influencia de ese tamaño.
Rompió todas las predicciones y las encuestas.
Llegó el 2024.
“AMLO no está en la boleta” se escucha decir por todos lados.
“Ya no alcanza el efecto AMLO”.
“La gente se hartó de MORENA”.
Y entonces llegó otra elección histórica, ahora más gente salió a votar, arrasaron con más fuerza, arrebataron lo poco que le quedaba a una frágil y asustada oposición.
Llego al poder la primera mujer Presidente de México.
Quien en su toma de protesta llenó de muestras de aprecio, reconocimiento y admiración a ese hombre con la vista cansada, visiblemente incomodo ante los halagos y con una leve sonrisa que nos habla del final de su gran historia.
Estoy seguro que quien escribe esta columna y el par de lectores que la siguen recordaremos muy bien este momento.
Estoy seguro también que Andrés Manuel López Obrador se volverá un personaje con gran relevancia histórica.
Aun cuando la derecha regrese al poder.
Aun cuando la rueda de la fortuna de los sistemas políticos latinoamericanos se invierta.
Él estará en los libros de historia.
Contaremos a nuestra descendencia que nosotros lo vimos gritar “voto por voto” en 2006.
Lo vimos volver a intentarlo en 2012.
Y lo vimos triunfar en 2018.
Sea cual sea la opinión que tengamos, estoy seguro que diremos:
“Yo vi cuando terminó su Gobierno”
Al tiempo…