Un hallazgo perturbador sacudió a los campesinos de San Vicente Ferrer, una comunidad rural en el municipio de Tehuitzingo, al descubrir los restos de un hombre que fue ejecutado y abandonado en una barranca. Este cuerpo se suma a las ejecuciones que han ocurrido recientemente en este municipio.
Primero fue encontrado en una barranca el cuerpo, que se encontraba en avanzado estado de descomposición; estaba parcialmente devorado por la fauna local.
Trascendió que fueron personas del lugar quienes se toparon con el cadáver, del cual la mitad superior había sido consumida por animales.
Junto a los restos se encontró una bolsa negra de basura, evidencia de que el cuerpo fue inicialmente depositado allí embolsado, antes de que los animales accedieran a él rompiendo el plástico.
El cuerpo, aún vestido con pantalón táctico negro y botas industriales, mostraba signos de haber sido maniatado tanto en las muñecas como en los tobillos, con cordón delgado.
La zona abdominal y el pecho estaban severamente afectados por la acción de los animales, y la cabeza no fue hallada en el lugar, lo que sugiere que pudo haber sido arrastrada por algún depredador del área.
Entre los brazos del occiso se encontró una playera negra, lo que junto a otras características permitió estimar que la víctima tenía entre 25 y 30 años, era de complexión delgada y tez morena claro.
La semana pasada, un padre y su hijo fueron asesinados mientras trabajaban en su rancho, presuntamente por problemas de tierras con otros familiares. Incluso, algunas personas los vieron discutiendo cuando se hicieron de palabras y después los asesinaron.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 14:30 horas del sábado 6 de abril cuando el padre, identificado como Edemiro de 79 años y su hijo, también del mismo nombre con 52 años, fueron a sus tierras en el rancho ‘El Ciruelo’, ubicado en el paraje conocido como cañada.
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