En Puebla el delito de fraude inmobiliario no está tipificado y son los jóvenes universitarios y profesionistas el sector más propenso a caer en este tipo de estafas. Situación que durante 2023 colocó a la entidad poblana en la octava posición a nivel nacional con el mayor número de fraudes de este tipo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2023 realizada por el INEGI, al día en la entidad se registran en promedio 12 casos de fraude en diferentes ámbitos desde el inmobiliario, hasta aquellos que se crean por supuestas pirámides financieras para obtener altas ganancias.
En este sentido, el fraude se coloca como el tercer delito que más afecta a los poblanos, luego que hasta noviembre del año pasado se reportaron 3 mil 381 casos. Ante esto, el territorio poblano se encuentra entre las ocho entidades con mayor incidencia de este delito de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp).
Ahora bien, los casos de estafa aumentan sin que la ley contemple medidas específicas al respecto. En Puebla el delito se sanciona en el Código Penal hasta con 10 años de cárcel, y contempla los casos realizados a través de medios digitales.
Sin embargo, sobre todo en la capital poblana, la oferta excesiva de departamentos, casas o cuartos para profesionistas y estudiantes prolifera en redes sociales, sobre todo en Facebook. Pues las zonas universitarias son donde más se tiene esta oferta fraudulenta.
La red social se convierte en una forma fácil de ofertar un inmueble con los mejores detalles y a un bajo costo, esto ocasiona la atracción de los buscadores. Pero, al ver una gran demanda de solicitudes sobre información, los estafadores aplican la estrategia de pedir un depósito u apartado, mismo que al cobrarse no tendrá un fin.
A través de los mismos grupos de la página social, por más que se alerta, siempre habrá un despistado que caiga en estas ofertas falsas. Mismas que terminan denunciándose únicamente a través de la propia red social, pero sin que los afectados acudan a una instancia a denunciar formalmente.
Asimismo, a esta situación se suma la presencia de inmobiliarias fantasmas, aquellas supuestas empresas que te ayudan a localizar un espacio para renta o venta y que, con documentación oficial, te engañan para poder obtener dinero. Sucede lo mismo que los casos expuestos, piden una garantía, depósito o bien apartado, y cuando llega el momento de conocer el inmueble, el perfil ni siquiera existe.
El primordial eje de esta oferta fraudulenta es la creación de un sinfín de perfiles en redes sociales, que se unen a grupos para ofertar espacios inexistentes. La poca veracidad de estas cuentas se detona cuando tienen días de haberse unido a la red social, o bien, no tiene foto de perfil ni una descripción de la persona.
