A prácticamente tres meses de la derrota, los integrantes del Consejo Estatal responsabilizaron a la dirigencia estatal del PAN en Puebla a cargo de Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro Martínez, por la debacle del pasado 2 de junio; atribuyéndole los malos resultados a la alianza realizada con el PRI, la imposición de candidatos y la falta de identidad al interior del partido blanquiazul.
Fuentes al interior del Consejo Estatal, revelaron a DIARIO CAMBIO que el análisis presentado por el Comité Directivo Estatal (CDE) fue realizado por el consultor Marco Antonio Madrid Ibarra, director de Opina Consultoría Estratégica, empresa que se encuentra dentro del padrón de proveedores del Ayuntamiento de Puebla.
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Ante esto, Augusta Díaz de Rivera recalcó que este estudio no se pagó con recursos del partido, sino con las aportaciones que entregaron los candidatos para llevar a cabo las encuestas de posicionamiento.
El análisis postelectoral, se realizó a través de encuestas y focus group entre la militancia panista, quienes dieron sus motivos del abandono al partido en el pasado proceso electoral.
Una de las principales razones, según las fuentes consultadas, fue la falta de identidad del partido, quien terminó por aliarse con su “más grande rival”, el PRI.
La militancia percibe que se quedó con “lo peor del PRI”, después de la desbandada que sufrió el partido a inicios del proceso electoral. Además de que la percepción del PRI, solo le suma negativos, pues en menos de una década se cambió el discurso en contra del partido tricolor.
Otro de los aspectos que presuntamente provocaron la derrota fue la imposición de candidatos desde la dirigencia estatal del partido. Acusaron que el CDE realizó una valoración unipersonal, sin consultar a la militancia, restándole voz en la toma de decisiones del partido.
Además, de que terminaron cediendo lugares al PRI y PRD que correspondían a la militancia panista, mismos que se realizaron de forma discrecional.
Sin embargo, también se exhibió que Eduardo Rivera sabía que era una batalla perdida desde enero de este año, pues sus mediciones lo colocaban con una diferencia de 40 puntos por debajo de Alejandro Armenta.
Además de que los supuestos atentados en contra de Eduardo Rivera y Mario Riestra, terminaron por perjudicarles a ambos, pues la ciudadanía lo considero como una artimaña para remontar en la elección.
Y, por último, el llamar “morenacos” a los simpatizantes de Morena, constató que el PAN es un partido elitista.
Consejeros acusan dirigencia de “papel”
Tras la presentación de los resultados, los consejeros hicieron uso de la palabra, para criticar el informe al considerarlo un “análisis de lo obvio”.
Además de que acusaron directamente a la dirigencia de ser un factor en contra durante la campaña electoral, al solo velar por los intereses de unos cuantos.
Mario Riestra, Rafael Micalco, Edmundo Tlatehui y Osvaldo Jiménez fueron los más críticos, al acusar abandono en la campaña, no reposicionar la marca del PAN, sin seguimiento a impugnaciones y sin una representación real en casillas.
La consejera Patricia Hidalgo, trato de defender a la dirigencia al reprochar la nula cooperación de la militancia de a pie. Sin embargo, Edmundo Tlatehui destacó que no se le podía exigir a la militancia resultados, cuando no fueron tomados en cuenta en la designación de candidatos.
Al ser cuestionado Marcos Castro sobre el video que se viralizó dónde hace un presunto mal uso de las instalaciones del partido, respondió tener “la frente en alto”. Mientras que Augusta Díaz de Rivera intentó defenderlo al decir que ese tema no se encontraba en los asuntos del día, por lo que no podía ser discutido.