En el mundo de la gimnasia aeróbica, donde la precisión, la fuerza y la elegancia se entrelazan, el éxito pocas veces llega sin antes enfrentar caídas. Así lo saben Mónica Manuel Caldelas Benítez, Ana Elena Brizuela Ferreyra y Lizette Solorio Guerrero, estudiantes de la BUAP, quienes encontraron en un inesperado fracaso la chispa que las impulsó a despegar.
Su historia comenzó en 2024, cuando el destino las llevó a formar un equipo. “Se dio la oportunidad de que primero Liz y luego Ana se integraran”, recuerda Mónica. Al percatarse de que compartían niveles similares de dificultad, flexibilidad y talento, surgió la pregunta que cambiaría su trayectoria: “¿Y por qué no hacemos un trío?”
A partir de agosto de ese año, el proyecto tomó forma y pronto llegaron los resultados:
- Primer lugar en la Universiada Nacional 2025, organizada en la BUAP;
- Tercer lugar en el Campeonato Nacional en Oaxtepec, Morelos;
- Sexto lugar general y segundo mejor equipo de México en la Copa Panamericana de Clubes, en Maldonado, Uruguay.
Pero el camino al podio no fue sencillo. Su primera competencia juntas, un ranqueo rumbo al Campeonato Panamericano en abril, terminó en un duro revés: último lugar y tres caídas. “Fue un fracaso total”, admiten. Pero lejos de fracturarlas, aquel tropiezo las unió y fortaleció. Redoblaron entrenamientos, afinaron técnica y apostaron por una disciplina inquebrantable.
El esfuerzo dio frutos en tiempo récord. En mayo conquistaron la Universiada; en julio alcanzaron el tercer lugar nacional; y en octubre firmaron su consolidación internacional con una rutina que elevó su puntuación de 11 a 16.589, quedándose a solo tres décimas del podio panamericano.
Su compromiso es doble: en la duela y en las aulas. Entrenan entre dos y tres horas diarias, incluso fines de semana, mientras equilibran horarios académicos y cargas escolares. Liz, con promedio de 9.6, es la mejor de su generación en Fisioterapia; Ana mantiene 9.4 en la misma licenciatura; y Mónica acaba de integrarse a Cultura Física tras un cambio desde Ingeniería Civil.
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Más allá de las medallas, su historia es la de tres jóvenes que encontraron en la disciplina, la amistad y el amor por su deporte la fórmula para crecer dentro y fuera del gimnasio. Un recordatorio de que, a veces, el verdadero vuelo comienza en la caída.
