En el Centro Histórico de Puebla, un perrito llamado Argos se ha convertido en una inesperada atracción turística. Desde diciembre, videos en redes sociales han popularizado al “perrito más chismoso de Puebla”, como lo bautizó un creador de contenido en TikTok.
@fercarnal Woooow no puedo creerlo, estuve con el perrito más chismoso de hoy y es FALSO que ya no está, HOY conocí a sus dueños y son increíbles, es muy perro muy feliz y su nombre real es ARGOS. Lo pueden visitar, sus dueños son felices de saber que lo visitan, solo piden que no lo visiten tan noche y que si ven la ventana cerrada es porque no está disponible, solo eso y ya, y pues si andan en Puebla y le gritan sale, pero no siempre, así que pues suerte broooodys! 🤩
♬ tropical reggae BGM no melody – yo suzuki(akisai)
La historia comenzó cuando “Fer Carnal” subió un video en el que llamaba al canino desde la calle con esa frase. En respuesta, Argos, asomado desde una ventana, ladró de forma que muchos interpretaron como un saludo. El video se viralizó rápidamente, y Fer Carnal regresó al lugar para repetir la escena, consolidando la fama del perro.
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Desde entonces, visitantes de otras ciudades, como Monterrey y Guadalajara, han acudido al edificio en la calle 3 Oriente para grabar y saludar a Argos. Sin embargo, los constantes gritos y el flujo de turistas han alterado la tranquilidad del animal y de sus dueños. Según vecinos, Argos no es un perrito chismoso, simplemente responde como lo haría cualquier perro. Los mismos habitantes del edificio añadieron que tanto Argos como ellos no tienen problema con los curiosos que van a llamarlo a su ventana, pero solicitaron de manera atenta en redes, que después de las 6 p.m., ya no fueran a buscarlo.
Debido al creciente interés, sus propietarios han optado por sacarlo a pasear con mayor frecuencia para proteger su bienestar. Además, se contempla la posibilidad de lanzar una campaña de concienciación sobre el maltrato animal usando la imagen de Argos, aprovechando su inesperada fama para generar un impacto positivo.
El fenómeno del perrito Argos es un recordatorio de cómo las redes sociales pueden transformar la vida cotidiana, incluso la de un lomito chismoso que solo miraba por la ventana.
