La delegada de la CONAGUA, Beatriz Torres Trucios continúa haciéndose de la “vista gorda” ante la tragedia ocurrida hace casi un mes en la presa de Valsequillo, en donde cinco trabajadores asignados al mantenimiento en las instalaciones resultaron intoxicados al laborar sin el respectivo equipo de protección, cuyo hecho cobró la vida de cuatro de ellos, sin embargo, al momento, ninguna autoridad les ha dado la cara ya que únicamente les bastó con apoyar en los gastos funerarios.
Subió a cuatro el número de víctimas mortales por la tragedia ocurrida el pasado 22 de octubre en las instalaciones de la presa de Valsequillo, en donde cinco empleados de la empresa contratista Proyectos Estudios y Servicios en Ciencias e Ingeniería Agrícolas S.A de C.V, resultaron intoxicados tras inhalar sulfuro de hidrógeno y permanecer por varias horas en un espacio confinado sin el respectivo equipo de protección.
Las víctimas, Aaron Solis de 32 años, Miguel Ángel de 55, José Armando de 21 y un cuarto de quien no se dieron sus generales, son los trabajadores que murieron a consecuencia de la intoxicación que sufrieron; sólo uno de ellos vivió para contar lo sucedido, tratándose del quinto empleado quien prefirió esperar afuera a sus compañeros para avisar ante cualquier emergencia, de lo contrario, el saldo pudo ser otro.
Sin embargo, esta nota no está únicamente enfocada en comunicar el deceso del cuarto hombre que luchó por salvar su vida durante algunos días, sino más bien, para visibilizar la negligencia vigente a cargo de la delegada de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Beatriz Torres Trucios, quien en su momento sólo dictó la postura que se comunicó a medios de comunicación con respecto a lo sucedido y de ahí, en adelante, no se hizo más presente.
Con base a información revelada, Torres Trucios en ningún momento dio la cara ante lo acontecido pese a los señalamientos que la gente -incluyendo deudos y personal de emergencias que laboraron en el sitio- hicieron al precisar que esta tragedia se pudo haber evitado si tan sólo hubieran equipado bien a los responsables de dar mantenimiento a las instalaciones de la Presa de Valsequillo, sin contar la nula capacitación de los trabajadores que fueron asignados a dicha tarea y a quienes supuestamente, nunca los entrenaron para este tipo de labores.
Todas las declaraciones y demás, se hicieron ante Fiscalía; tanto un representante legal de la CONAGUA como de la empresa contratista antes mencionada se presentaron ante FGE pero nadie se acercó con los deudos, ni siquiera, para expresar las condolencias que la CONAGUA expresó en su comunicado.
Supuestamente, los ya mencionados se limitaron a comprometerse a cubrir con los gastos funerarios, pero nada más, pues incluso, luego de ello y conforme se iba confirmando uno a uno de los decesos, la CONAGUA ya no volvió a comunicar nada al respecto.
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