El miedo recorre la carretera Izúcar de Matamoros-Atencingo. Repartidores de mercancías denunciaron a sujetos vestidos con uniformes similares a los de la Guardia Nacional, instalaron retenes ilegales para exigirles cuotas de hasta 200 pesos por circular por esta vía.
Testimonios obtenidos bajo anonimato, por temor a represalias, revelan un patrón de extorsión sistemática. Hombres con uniformes apócrifos detienen las unidades, exigen el pago y, en algunos casos, admiten abiertamente no pertenecer a la Guardia Nacional, pero piden “comprensión” ante la situación.
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“Nos dicen que si no pagamos, más adelante habrá otro retén. Al final, el dinero sale de nuestro bolsillo, y si nos negamos, las consecuencias pueden ser peores”, relató uno de los afectados.
El fenómeno no es nuevo, pero su frecuencia y descaro han aumentado, generando un clima de incertidumbre entre quienes diariamente recorren esta carretera para abastecer tiendas y negocios en la región sur de Puebla.
Los repartidores han hecho un llamado urgente a las autoridades para intervenir y garantizar la seguridad en esta vía, donde la delincuencia parece operar con total impunidad. La percepción entre los afectados es clara: la inacción oficial alimenta el poder de estos grupos, mientras los trabajadores enfrentan no solo pérdidas económicas, sino el riesgo constante de ser agredidos.
La carretera Izúcar-Atencingo, vital para la economía local, hoy es un símbolo del abandono y la vulnerabilidad de quienes la transitan.
