El gobernador Alejandro Armenta hizo un llamado público y directo a la empresa Granjas Carroll de México para que cumpla con los acuerdos de pago establecidos previamente con los productores de cebada, sorgo y trigo en la región de Oriental. El exhorto del mandatario se da en medio de una larga historia de conflictos de la agroindustria porcícola con comunidades de Libres-Oriental, abarcando desde incumplimiento de precios hasta crisis ambientales.
Durante su rueda de prensa matutina, el gobernador Armenta fue enfático al demandar a la empresa multinacional que respete los precios negociados por sus productos, lamentando que en las mesas de acuerdo se comprometan a una cantidad para luego ofrecer una compra más barata.
El gobernador apeló a la ética corporativa, señalando que la empresa debe actuar con un compromiso real de responsabilidad social, especialmente con los campesinos locales que proveen la materia prima.
“Señores de Granjas Carroll, cumplan los acuerdos con los productores. Sean una empresa socialmente responsable. Ganan mucho dinero. Cúmplele a los productores del campo”, sentenció el Gobernador.
Para contrarrestar la dependencia comercial, el gobierno estatal anunció un plan de intervención. Las secretarías de Agricultura y Economía implementarán de inmediato un programa que busca ofrecer alternativas viables a los sorgueros y cebaderos de la región.
El objetivo de esta acción es claro: liberar a los productores de la necesidad de sujetarse a los acaparadores y a los precios que dictan las grandes empresas. Armenta mencionó que esta estrategia ya fue aplicada con éxito en la cadena de valor del café, buscando replicar el modelo en otros cultivos esenciales.
La tensión económica se suma a un historial de controversias que la empresa arrastra en la zona. Tan solo en septiembre de 2025, ejidatarios de San José Morelos, en Libres, denunciaron ante la Profepa la operación de un tiradero clandestino. Dicho tiradero, ubicado cerca de viviendas y pozos de riego, albergaba montones de vísceras, pelo, pezuñas y estiércol de cerdo en descomposición, generando un hedor insoportable y una plaga masiva de moscas e insectos.
La exposición a este foco de infección desató una alarma sanitaria en la comunidad, con reportes de niños y adultos mayores afectados por sarpullidos y ronchas, presuntamente causados por picaduras de insectos atraídos por la materia orgánica en descomposición.
El conflicto en Oriental y Libres es parte de una lucha histórica de las comunidades de la zona, que han enfrentado amenazas por contaminación de agua y aire. La denuncia pública de Armenta vincula ahora la responsabilidad económica de la empresa con las demandas sociales y ambientales que le han sido exigidas durante años por los habitantes de la región.
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