La ExHacienda San José de Zavaleta, situada en la región de Puebla, es una emblemática edificación que ha sido testigo de momentos cruciales en la historia de México.
Fue construida a finales del siglo XVIII, en un periodo donde las haciendas se consolidaron como centros económicos y sociales.
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Este importante patrimonio arquitectónico sufrió varias modificaciones y remodelaciones a lo largo de los años, siendo la última en 1903, realizada por el entonces gobernador del estado, Mucio Martínez, un hecho que quedó grabado en el acceso al troje principal.
Fundada en la época colonial, esta hacienda tuvo una extensión territorial considerable que abarcaba terrenos de los municipios de Puebla, San Andrés Cholula y San Pedro Cholula.
Su actividad principal fue la producción agrícola, destacándose en la siembra de cereales y forrajes, tan comunes en las haciendas mexicanas de esa época.
Estos son algunos de sus antiguos propietarios
Entre los propietarios más conocidos que dirigieron sus tierras, figuran personajes destacados como Ángel de Iturbide y Huarte, miembro de la familia del primer emperador de México, Agustín de Iturbide.
Además, el polémico expresidente Antonio López de Santa Anna controló la hacienda en ciertos periodos. A lo largo del tiempo, sus diversos propietarios la convirtieron en un punto de importancia social y económica, con un funcionamiento similar al de otras grandes propiedades de la época.
Momentos de la historia de Puebla y México que vivió la Exhacienda
En este lugar, Antonio López de Santa Anna logró regresar del exilio gracias al “Tratado de Zavaleta,” firmado el 21 de diciembre de 1832.
Este acuerdo buscaba poner fin a las disputas internas en México que llevaron a su destitución. La firma del tratado, realizada en la Ex-Hacienda de Zavaleta, confiere al sitio un significado simbólico en la historia política del país.
Posteriormente, durante los conflictos del siglo XIX, la Exhacienda de Zavaleta se transformó en un cuartel general para tropas. Con ello, sirviendo de bastión tanto en la segunda intervención estadounidense como en la segunda intervención francesa.
Este uso militar afectó notablemente su estructura, pues la ocupación y los enfrentamientos en sus instalaciones dejaron daños considerables en sus muros y patios.
La Revolución Mexicana también impactó su destino, y como muchas otras haciendas, Zavaleta fue abandonada y dividida, perdiendo parte de su extensión.
Tras la guerra, y con el crecimiento urbano en Puebla junto con sus alrededores en el siglo XX, gran parte de sus terrenos se fragmentaron. Además, la estructura original se deterioró, hasta que finalmente solo quedaron ruinas de lo que una vez fue una próspera hacienda.
Actualmente, la Exhacienda de Zavaleta sigue siendo un recuerdo vivo del pasado mexicano y de los múltiples capítulos de la historia que transformaron al país.
Con información de Lucio Castillo / @Luxlucioo