Apenas unas horas después de que se agotara en sucursales, el codiciado “Bear Cup 2025” de Starbucks reapareció en redes sociales, pero ahora convertido en un artículo de lujo inalcanzable. Revendedores en Puebla no perdieron el tiempo y comenzaron a ofertar el vaso de vidrio con forma de oso a precios exorbitantes que oscilan entre los 2 mil 500 y hasta los 4 mil pesos, aprovechándose de la euforia y la escasez del producto.
Mientras cientos de poblanos madrugaron e hicieron filas kilométricas desde las 5:00 de la mañana, o incluso acamparon desde la noche anterior, para adquirir la pieza a su precio original de 869 pesos, otros vieron en el lanzamiento una oportunidad de negocio voraz. Grupos de Facebook como “Starbucks Puebla” y Marketplace se inundaron de publicaciones de quienes lograron acaparar el artículo para revenderlo inmediatamente con un sobreprecio de hasta el 350 por ciento.
El descaro en la especulación ha llegado a tal punto que algunos vendedores fijan posturas desafiantes ante las críticas. “Vendo el oso en 2,800. No importa si se ríen o no, quien pueda pagar que comente y me comunicaré de inmediato”, se lee en una de las publicaciones virales, evidenciando que el mercado negro de coleccionables no teme a la censura social.
La oferta en la capital poblana y la zona conurbada es variada pero costosa. Aunque existen algunas publicaciones “moderadas” que ofrecen la pieza desde los mil 400 pesos, el promedio se ha estabilizado por encima de los 2 mil 200 pesos. Otros usuarios han optado por el modelo de subasta, publicando mensajes como “Oso Bearista: Me voy con la mejor oferta”, buscando exprimir al máximo la desesperación de los coleccionistas.
Los puntos de entrega propuestos por estos comerciantes informales confirman que la operación abarca toda la metrópoli. Desde plazas comerciales como Angelópolis, Galerías Serdán y Parque Puebla, hasta zonas como Avenida Juárez, Las Ánimas y San Pedro Cholula, los revendedores se mueven para concretar las transacciones “pago contra entrega“, asegurando su ganancia en efectivo y al momento.
La reacción en redes sociales no se ha hecho esperar. La comunidad se ha dividido entre aquellos fanáticos dispuestos a pagar lo que sea por tener la pieza de edición limitada en sus vitrinas, y la gran mayoría que ha calificado estos precios como un abuso y un “rugido de tripas“, término coloquial utilizado para burlarse de la avidez de dinero fácil de los revendedores.
Este fenómeno se exacerbó debido a la limitada producción nacional de la pieza, que apenas alcanzó las 37 mil 472 unidades para todo el país. La escasez, sumada a que en muchas sucursales poblanas solo llegaron alrededor de 50 piezas, creó el caldo de cultivo perfecto para que la reventa secuestrara el producto, dejando a los clientes leales con las manos vacías o con la opción de pagar un precio inflado.
Al final, lo que Starbucks planeó como un lanzamiento especial de temporada se ha convertido en una guerra de precios en internet, donde la nostalgia y el coleccionismo pierden terreno frente a la especulación de quienes ven en un vaso de vidrio la oportunidad de sacar la ganancia de la semana en una sola venta.
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