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Antorcha 

 

NUESTRA DEMOCRACIA EN PLENO

 

 Juan Manuel Celis Aguirre*

 

Es de todos conocido que en nuestra entidad federativa están próximas las elecciones para renovar el congreso local y las 217 presidencias municipales; es decir, hemos llegado a la mitad del sexenio, de este azaroso sexenio, y todos los ciudadanos somos testigos de la concurrida convocatoria que estos puestos políticos provocan. Alguna vez oí decir a un líder social que si en lugar de convocar a puestos de elección popular se convocara a la guerra de Irak seguramente esa convocatoria estaría desierta y creo que una vez más tenía razón.

 

Es sorprendente la cantidad de aspirantes y suspirantes, más de 100 en las diputaciones locales y -dice la prensa- cerca de 600 en los 217 municipios, pero sólo en el PRI, faltaría mencionar al PAN y al PRD, que seguramente tendrán, si no un número igual, al menos muy parecido de candidatos a las mismas curules y cuerpos edilicios.

 

Algunos de ellos, los menos, con base real y un programa bien definido de desarrollo comunitario y en beneficio de los que menos tienen, y otra gran parte solamente convencidos de la posibilidad de participar y de ser elejidos por el poder y los privilegios que esa posibilidad genera.

 

De cualquier manera, únicamente podrán ser electos 26 diputados y 217 munícipes, aunque mientras eso no sucede, nosotros, los ciudadanos en general, viviremos otra vez la misma comedia, la misma película, la lucha entre los diferentes aspirantes que ya desde sus inicios es agresiva, en algunos momentos pareciera que pelean por su propia vida, mediante descalificaciones, calumnias y golpes bajos, etc.

 

Muchos de ellos hacen componendas con “los que deciden”, otros compran votos, voluntades y candidaturas, y una minoría ingenua, que verdaderamente le entra al juego de la democracia, quedará desplazada del triunfo. Esto no sorprendería a nadie si sucediera exclusivamente con los candidatos y en las filas del PRI, pues durante 80 años de gobierno han aprendido a “manejar la democracia” y han “perfeccionado sus métodos” para no seleccionar a los más idóneos, pero sí a los más fieles a algún poderoso; de eso y por eso se le ha condenado a la tercera posición, de eso se le ha acusado por lo menos los últimos 30 años y por eso se le defenestró y se le ha vituperado hasta el cansancio.

 

Pero, ¿y en el PAN?, partido que se ostentó como un impoluto de la transparencia en política, ¿cómo es posible que veamos aquí en el municipio de Puebla cómo se hacen garras sin ningún decoro y con todas las armas lícitas e ilícitas a su alcance, una dama y un prominente empresario?, ¿cómo en algunos municipios albiazules (Atlixco, Texmelucan, etc,) con tal de que gane su gallo recurren exactamente, y en algunos casos superando al maestro criticado, a los mismos métodos que antes infamaban, criticaban?. Y lo que le generó la enorme simpatía del electorado y que incluso lo llevó al poder, a pesar de los datos duros de su mal desempeño en el juego de la democracia (como en Querétaro) y de la escasa capacidad de cumplir lo prometido  (ejemplo vivo, la política foxiana) ahora es parte común de su actuar.

 

El PRD, por su endeble y controversial estructura, así como por su escasísima penetración en el ánimo popular de los poblanos, se ha mantenido al margen, porque está en espera de “cachar candidatos”, está esperando a los descontentos e inconformes de los otros partidos que no sean favorecidos por el dedo electoral. Pero es impresionante de lo que son capaces de hacerse y decirse en tiempos electorales entre ellos, entre “camaradas de lucha”, de ello hemos sido testigos los poblanos durante mucho tiempo.

 

Ojalá que todos los que resulten electos para la nueva estructura de gobierno en el estado sean, en su mayoría, personas comprometidas en serio con sus electores para llevar y promover el progreso en sus comunidades, hacer lo imposible por abatir la marginación, la pobreza, el desempleo y el escaso desarrollo social. Ojalá sean munícipes y diputados preocupados por cumplir sus compromisos de campaña y que los resultados sean palpables en cada una de las 217 comunidades, que nuestros diputados, por lo menos, asistan a todas las sesiones e intenten legislar en beneficio de los menos favorecidos.

 

Si esto sucediera, aunque sea en un 60 % de los casos, habríamos avanzado sustancialmente y esta guerra intestina, este derroche de recursos y de “ingenio”, no habrían sido, una vez más, infructuosos. Creo que se vale soñar, de otra manera tendríamos que atenernos a la reacción desesperada de los más resentidos por este juego inicuo de la democracia.

* Dirigente del Movimiento Antorchista en el estado de Puebla.

 


 

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