¿A QUIÈN LE INTERESA Y QUIÈN PROMUEVE EL VOTO DIFERENCIADO?
Es fuerte e insistente el rumor sobre la promoción del voto cruzado en algunos municipios importantes (estratégica y políticamente), por parte de candidatos a diputados y/o presidentes municipales priístas en funciones, prominentes y cercanos al poder; sobre todo, en aquellos lugares donde los candidatos son emanados de la agrupación tricolor Antorcha Campesina. Esto no resultaría raro, ni de llamar la atención, porque es de todos conocido que es una práctica corriente, que se ha venido realizando -una y otra vez- en las diferentes elecciones a puestos de elección popular, donde siempre, o casi siempre, el enemigo a vencer es el Movimiento Antorchista, ateniéndose a la máxima, “péguenle al negro”
Entonces… ¿Qué es lo que llama nuestra atención? o ¿qué hay de extraordinario en la presente contienda, que hace que paremos mientes sobre la promoción del voto diferenciado por estas “distinguidas personalidades”?. Es más que claro que el PRI no las tiene todas consigo y que, para que en la presente elección salga fortalecido, mucho depende de la unidad y lealtad partidista en estos comicios; no sólo para salir triunfador y consolidar la presente administración, sino además, para garantizar -si es lo que realmente se quiere- que queden sentadas firmemente las bases para ganar las próximas elecciones a la gubernatura del estado.
En la presente contienda es claro que tenemos ante nosotros un peligro, el más eminente quizás: que pueda llegar a la gubernatura un candidato del PAN. No sólo por la tendencia azulada de nuestros electores, sino por la permanencia y prolongación del panismo en el poder central, porque, finalmente, también a gobernar se aprende.
Y si bien es cierto que han demostrado poca habilidad y criterio en la administración de la justicia jurídica y social, también es cierto que terminarán aprendiendo, sobre todo, a darle manejo político a los recursos destinados a la asistencia social y, aunque hacen exactamente lo mismo y mucho más de lo que hacían los gobiernos a quien tanto criticaban, estos recursos, de todas maneras, les sirven para comprar conciencias, votos y afianzar su poder no sólo central, sino a nivel estatal y municipal.
Ante este panorama difícil y azulado, suponiendo que se quiere preservar al PRI más allá del sexenio, para la estabilidad del estado y para cerrarle el paso a la derecha (enemigo de los principios de la Revolución Mexicana, que es lo mejor que conserva el PRI), no sólo es traición al partido y a su principal abanderado sino a la gente pobre, que sigue creyendo y votando por el tricolor, a quien tiene como su última esperanza y reducto, para no perecer de hambre y contar con cierta estabilidad económica, política y social.
Así las cosas, no nada más representa una perfidia promover el voto diferenciado en contra de los candidatos más populares emanados de las filas del Revolucionario Institucional, es cavar los cimientos -endebles por cierto- del partido y su gobierno, y es echar a Mario Marín a las fauces de sus enemigos. Es abrirle las puertas de para en par y, definitivamente, al PAN; por si eso fuera poco e insignificante, es abonar a la difícil situación económica de los pobres, una endurecida política social, con lo que nos perfilaríamos indefectiblemente a un estallido social, con el que sin duda perderán irremediablemente los pobres, pero también muchas corrientes políticas y económicas que parecieran hoy estables.
También preocupa la promoción del voto diferenciado, en donde quiera que se dé, porque se evidencia con ello que quienes lo promueven son enemigos del PRI y del gobierno, y que lo utilizan para acceder a puestos de elección, para su beneficio personal, no les interesa en lo más minino la estabilidad del estado (que no cuenta con muchas fortalezas, pero sí con muchos lados vulnerables, sobre todo porque tiene enemigos fuertes en el poder central).
No quiero dar lecciones de moral en política, sé que necesitan terreno fértil, solamente quiero alertar -con un SOS-, porque los promotores del voto diferenciado son políticos de grandes parentescos y de reconocidas “lealtades”. Parecería que, en su afán ininteligible de cerrarle el paso al Movimiento Antorchista, son capaces de derrumbar el muro de la presa, que sin duda avasallará indefectiblemente con todo. Si no lo creen así, sigan diezmando la estabilidad política y social, y más pronto que rápido seremos victimas de nuestra persistente ceguera política.