El cajón del desastre


Fritz Glockner

18/03/2009

LA VIUDA


Parece increíble, aquel personaje que diseñara Paco Ignacio Taibo I a principios de la década de los años setenta, en su novela sobre Puebla: “Fuga, Hierro y Fuego” ahí sigue, inamovible, viva, vigente, expectante, vigilante, única…


Cuando parecía que se habían superado diversas trabas mentales, nos encontramos con la novedad de que no, que seguimos habitando el siglo XVI, como cuando los ángeles revolotearon sobre el valle para optar por estas tierras para desarrollar un centro urbano, que nació con las ínfulas para ser la capital de la colonia, pero a la mera hora nos dijeron que mejor se establecería el poder en la antigua Tenochtitlan, por que los indígenas podrían rebelarse, y por eso nos quedamos con la presunción de tener una de las catedrales más grandes del país, con el aterrizaje del barroco como expresión en todos y cada uno de los rincones de la ciudad, con el desarrollo culinario por excelencia y sus expresiones para la repostería que se antojan hasta el éxtasis, pero hasta ahí.


Hoy los diputados locales priístas, de la mano de la bancada panista, han decidido renovar los votos de la viuda, sacar la casta conservadora que insulta, la actitud retrógrada por excelencia, la utilización del doble discurso como opción para controlar supuestamente las buenas conciencias, la doble moral para presentarse bien peinados, trajeados y muy cucos en las revistas de sociales, pensar que la devastadora realidad se puede arreglar con mensajes extraídos de los discursos papales.


Cuando el gobierno municipal de Guanajuato decretó que era delito besarse en la calle, desde Puebla veíamos lejos aquella ciudad y nos congratulamos de que por lo menos aquí cualquiera pudiera seguir intercambiando salivas en la vía pública, cuando en Monterrey se prohibió el uso de la mini falda, se nos hizo absurdo pero por lo menos creíamos que las piernudas de nuestra ciudad podrían continuar de vanidosas luciendo sus formas ante los ángeles, pero ahora resulta que en nuestro estado se han dado 5 siglos para atrás, no se trata de un paso, de una simple congregación de los reaccionarios sobre la libertad de las preferencias sexuales, de la opción única con la que cuenta la mujer para decidir sobre su cuerpo, o de evitar un estado absurdo de vida ante el deterioro irremediable por una enfermedad, como se diría comúnmente nos cayó el chahuistle y con algunos siglos de diferencia.


Ahora recuerdo cuando a principios del sexenio de Mario Marín se pretendió hacer un símil con el Benemérito de las Américas, sugiriendo que con eso su figura se proyectara hacia el 2012 e intentar alcanzar así Los Pinos; ¿qué diría hoy el buen Juárez? El proyecto se fue al bote de la basura luego del escándalo con la periodista Lydia Cacho, y ahora sale a relucir la verdadera intención del que se creyera el actual pastorcito de ovejas, atentar en contra del estado laico que tanta sangre le costo al país luego de las reformas constitucionales de 1857.


Lo mejor es que la viuda trae bajo su manto la batuta del llamado Revolucionario Institucional, alentado sonriente, feliz, ufano, del denominado Acción Nacional; ya había insistido hasta el cansancio sobre la ubicación de un imán en la brújula de la orientación política e ideológica, pero el viernes nos despertamos con que los del PRI nos salieron más mochos que los del PAN, que los conservadores se visten de tricolor, que los albi azules ahora son más aperturas que los revolucionarios, que los ángeles están rondando Casa Puebla.


¿Cuántas concesiones? ¿Qué tipo de pactos se habrán firmado? ¿Cuáles los compromisos? ¿Dónde quedan los principios? ¿A quién se beneficia? ¿A quién se perjudica?


Ya no es el fantasma del comunismo el que ronda Europa, ahora es la viuda de la moralina la que ha tomado posición en el estado de Puebla, vino por sus fueros, luego de haber permanecido tantos años dormida, en el Congreso local se le otorgó la llave de la vigilancia, los gritos a favor de Cristo Rey resonaron en el poder Legislativo local, el fanático de antes sigue sin perdonarle al indígena de Oaxaca la osadía de haber modificado las leyes, deberíamos de ir al parque Juárez a construir un ataúd del tamaño de aquella estatua que pretende homenajear al creador del estado moderno mexicano, ya que en el 2009 la palabra de la iglesia es la que dicta las leyes, las normas, las conductas, el estado de derecho.

 

Si ya traíamos una enorme lista de agravios, de actitudes retrógradas, de limitantes sociales, luego no nos quejemos de la fama que se expande de nosotros los poblanos por el resto del territorio nacional.

 



 
 

 

 
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