Los Conjurados


Erika Rivero Almazán


Sobre el pacto Marín-Calderón, según el Yunque y su relación con Casa de Cambio Puebla

 

Antes de juzgar la declaración que hizo Alfonso Bello, habrá que reconocerle al diputado federal del PAN su valor para decir verdades: los panistas, principalmente el equipo de campaña de Toño Sánchez Díaz de Rivera, aseguran hoy en día que el motivo de la derrota electoral, tanto en la capital como en el interior del estado, obedece a una sucia negociación entre el presidente Felipe Calderón y Mario Marín.


En pocas palabras: Bello dijo en voz alta lo que sus correligionarios callaron o sólo son capaces de reconocer en corto, en pláticas de café y a toro pasado.


En efecto: el yunque, el ala más radical de la derecha poblana afirma que Calderón pactó impunidad a favor del gobernador Mario Marín al ‘abandonar’ a los panistas en Puebla durante todo el proceso electoral y al convertir a Diódoro Carrasco, presidente de la Comisión de Gobernación en San Lázaro, en un operador marinista para impidiera el juicio político contra el mandatario.


Alfonso Bello sólo fue utilizado como un vehículo para hacer público un sentir yunquista, en el cual, por supuesto, está incluido el candidato malogrado Toño Sánchez Díaz de Rivera y su equipo de campaña, así como algunos aspirantes a diputados y regidores.


Y esto es doblemente preocupante.


Porque no se trata de una tesis individual descabellada de un diputado, sino la justificación del PAN para explicar la más dolorosa derrota azul en 15 años.


Pero lo que no dijo Bello fue el argumento que deambula en la esfera yunquista: el operativo de la AFI a Casa de Cambio Puebla, en la que congeló varias cuentas de sus clientes, incluyendo a uno de sus socios: un prominente representante del Yunque poblano, en cuya cuenta se encontraba la respuesta clave y efectiva para la operación del 11 de noviembre (Por cierto, ¿le suena familiar el nombre de Francisco Bada Saenz?)


De ahí, según los yunquistas, que el dinero de la movilización destinado para el día ‘D’ no se destinara en tiempo y forma para asegurar el voto panista.


De ahí también se desprende el hecho de que aún no se les pague la última quincena a los 180 movilizadores en la capital, quienes están a punto de armar un escándalo público, según ya lo amenazaron, si no se les paga su salario. La deuda se extiende también para quienes prestaron sus productos y servicios para la campaña.


La falta de liquidez provocó que la movilización de 140 mil votos que Toño necesitaba para ganar, prácticamente no existiera.


Imagínese, no hubo lana ni para el tradicional lunch de los propietarios de casilla.


A decir de los panistas, ellos no pudieron operar como Dios manda por la falta de efectivo, el cual no corrió como estaba programado el 11 de noviembre debido a la intimidación de los elementos policiacos a Casa de Cambio Puebla y, en concreto, hacia uno de sus propietarios, Eusebio San Martín Fuente.


De ahí que no fluyera el dinero.


Y por lo tanto, no pudieran operar el día ‘D’.


De ahí la explicación y justificación del pacto entre Marín-Calderón.


De ahí que el PAN perdiera las elecciones.


De ahí la declaración (¿o acusación?) de Alfonso Bello delatando el supuesto contubernio del presidente con el gobernador.


Eso es lo que aseguran los panistas.


Y el yunque también.


Tenía razón Conan Doyle en sus novelas de Sherlock Holmes: "sigue la ruta del dinero".

 

Los suspirantes a diputados toman café

 

Fue este lunes, en el Sanborn´s del Triángulo de las Ánimas a las 18:30 horas. Ahí se dieron cita los candidatos a diputados del PAN por esta capital. Asistieron los 6: Blanca Jiménez, Pedro Gutiérrez, Cecilia Espino, Fernando Arrubarena, Luis Olmos y Juan Carlos Mondragón.


Sólo tomaron café.


La reunión sirvió para el desahogo comunitario: las quejas fueron las mismas: ¿por qué no operaron los movilizadores?, ¿por qué no hubo lana? (sobre todo porque la que destinó el CEN para cada uno de ellos, 100 mil pesos, nunca llegó a sus manos, pero sí al bolsillo de Jorge Ehlinger), ¿por qué el famoso ‘bingo’ (la relación de votos potenciales panistas, con dirección y teléfono) no resultó porque los datos estaban equivocados o falseados?, ¿por qué esta información, tan elemental en el día de la elección, no fue cotejada con antelación por el Comité Municipal?


Las dudas brotaron.


Igual, algunos, consideran que la hipótesis de Alfonso Bello pueda tener algo de cierto.


Pero Mondragón defendió a capa y espada la labor de Jorge Ehlinger.


Y Olmos, la de Toño Sánchez como candidato.


En lo que quedaron de acuerdo fue en no hacer declaraciones públicas para linchar a sus dirigentes, tanto estatales como municipales: Rafael Micalco y Ehlinger.


Por aquello del escándalo y del a cena de negros que se desataría al interior del partido, en donde los grupos que buscan la candidatura a la gubernatura tratarían de tomar por asalto al PAN.


Sólo una persona no estuvo de acuerdo, y adelantó lo que hoy sabemos todos: Blanca Jiménez quiere la cabeza de Micalco, pero principalmente la de Ehlinger.


Nadie puede culparla

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Desde el principio, ella fue una de las pocas valientes que señalaron las fallas operativas y estratégicas en la campaña de Toño y del Comité Municipal.


El tiempo le dio la razón.




 
 

 

 
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