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  Los Conjurados


Erika Rivero Almazán


De Toño Sánchez, sobre cómo bailar tango mientras el resto de los candidatos a diputados locales se muerden las uñas

 

 

Con el mismo sentimiento que Al pacino en ‘Perfume de Mujer’, Toño Sánchez Díaz de Rivera bailó ‘Por una cabeza’ con su esposa Ana María, en la cena organizada por ‘el Tigre’ Humberto Aguilar Coronado en honor al candidato a la alcaldía, pero principalmente, a los seis aspirantes a las diputaciones por Puebla.


Ya sabe: el entrecejo fruncido, los ojos entrecerrados, la disposición gallarda y el resto del mundo en el limbo. Nadie existía en esos breves minutos: sólo la estrecha pista de baile, su mujer, y aquel arrebatado tango que pone la piel chinita.


Los aplausos y hasta las porras bien se las ganó la pareja.


Toño lucía despreocupado y hasta contento.


Y la cena, cuyo cubierto tenía un valor de 2 mil 500 pesos, era sólo una breve parada en la atiborrada agenda de Toño. Y nada más.


Cosa muy diferente para los seis aspirantes a diputados: Blanca Jiménez, Pedro Gutiérrez, Cecilia Espino, Luis Olmos, Fernando Arrubarrena y Juan Carlos Mondragón, que andan mordiéndose las uñas y ni disfrutaron la exhibición de baile de Toño: tenían otras preocupaciones.


Le explico por qué.


Para empezar, Toño cuenta con la tranquilidad de deambular en una campaña bajo presión, si, pero con el combustible suficiente para llegar airoso al 11 de noviembre. Digamos que Toño suele ponerse las pilas en cuanto a la administración de los dineros se refiere y fue el primero en pasar la charola.


Como quien apuesta en el poker y gana la mano: estiró ambos brazos y apretó los dedos para limpiar la mesa, con el cuidado de no abandonar en la retirada ninguna monedita. La justificación era ‘nada para la competencia’.


Pero los cálculos de Toño fallaron: debió intuir que muchos donantes ya habían hecho cuentas premeditadas, y algunos, hicieron su ahorradito para colaborar con el PRI también, por aquello de las dudas, sobre todo en esta elección en donde todavía nada está definido.


Así que lo que provocó no fue dejar sin recursos al PRI, sino a sus propios compañeros candidatos a diputados.


Cuando los seis aspirantes piden el apoyo de algún empresario, la respuesta ya parece disco rayado: “es que ya le di a Toño”.


Pero hay más: la mayoría cede a la tentación de apoyar a un posible diputado, así que deciden otorgar un porcentaje de su donación a Toño para el aspirante a una curul. Lo malo es que Díaz de Rivera no tiene la menor intención de modificar su presupuesto.


Claro que no hay nada nuevo bajo el sol: la usanza señala que un candidato a diputado esperar sólo una ayudadita de su partido, que se refleja en una raquítica rebana económica. El resto de sus recursos debe encontrarlos por sí mismo.
Pero ahora ése es el problema: hay trabajo, intención y acción, pero poco pueden hacer porque Toño acaparó el escenario. Tal vez demasiado.


Recordemos que directo del Cen del PAN, hace menos de un mes, los seis aspirantes recibieron cada uno 102 mil pesos para los gastos de su campaña. Pero el presidente del Comité Municipal, Jorge Ehlinger exigió más del 50 por ciento para ‘gastos extraordinarios de la campaña y movilización electoral’, según consta en el documento interno del partido que justifica la transacción.


O sea, que los candidatos se quedaron con 50 mil pesos, de los cuales, ya no les queda ni un peso.


Obvio.


Y ahora, cada puerta que tocan (o que ya habían tocado) se les está cerrando la puerta.


Obvio.


Los donantes ya hicieron su cooperación al Pan.


Y dados los tiempos actuales, pocos tienen la posibilidad de ser generosos con su cartera por segunda vez.


De ahí que el Tigre tuviera la idea de organizar una cena en la Garita el jueves pasado: les dio a cada candidato 20 boletos para que los vendieran entre sus amigos. El dinero que recopilaran (ya dijimos que cada boleto tenía un valor de 2 mil 500 pesos) sería directo en beneficio para ellos.ç


O sea, que quien pudo vender los 20 se llevó 50 mil pesos.


Una cantidad nada despreciable, en estos tiempos difíciles.

 

Más sobre el canal 32

Liz Flores Juárez nos envió la siguiente información sobre Sergio Ávila Córdoba, el embaucador del Cana 32: “Este señor contrata a dueños de table dances en Puebla para que sus ‘bailarinas’ sean llevadas como barra de entretenimiento a las 11 de la noche en dicho canal. Además de que el detalle es de mal gusto, la mayoría de ellas no alcanzan la mayoría de edad y otras son traídas de otros países sin contar con los permisos de migración correspondientes.


“Por si fuera poco utiliza o ‘negrea’ a sus trabajadores y los obliga a trabajar hasta altas horas de la noche, o llevar encargos personales hasta el Distrito Federal, y por supuesto, de todas las demandas en su contra nunca da la cara y expone a sus trabajadores a que limpien su imagen ante la opinión pública. Es usual que ponga a sus reporteros y abogados a trabajar en sus antros de mala muerte como cuidadores de puerta, saca borrachos o vigilantes”.


“Es necesario exponer públicamente a este tipo de gente que tanto daño hace al demeritar la imagen de los medios de comunicación”.


 

 

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