Planes Nacionales, Estatales y Municipales de Desarrollo, Proyectos Constitucionales en los esquemas económicos, definiciones de políticas económicas establecidas en los artículos 25, 26, 27, 28, entre otros de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sufren serias modificaciones frente a fenómenos internacionales, a embates de la naturaleza, a los territorios y a veces por desarrollo de la técnica y la ciencia.
Se puede planear la economía pero bajo los fenómenos anteriores, queda sujeto a vaivenes que lastiman a las posibilidades materiales.
Por ejemplo, sube a nivel mundial el precio del trigo y se afecta el alimento mundial de la población; huracanes que destruyen sembradíos hacen que aumente el precio en los alimentos, y lo más grave ahora es que por razones científicas, el maíz se vuelve elemento para producir combustible en sustitución probable de las gasolinas, por ello, en nuestro país el precio de las tortillas hace que alcancen precios estratosféricos. Lo anterior lo queremos señalar para que quede claro que la economía que llamaremos “casera” en el gran final queda sujeta a fuerzas y cambios económicos ajenos a disposición legal alguna. Desde luego que la población no quiere explicaciones, ni le interesan ni las escucha, pero creo que una sociedad democrática si debe preocuparse porque se comprendan los fenómenos económicos que salen de la voluntad de sus gobernantes. No es fácil para una autoridad resolver estos problemas; si hubiera alguna formula que pudiese aplicarse para evitar estos fenómenos pues desde luego se debería utilizarse pero no existe. Tal vez entender que vivimos otros tiempos para integrar una reducida familia, poder practicar algo de ahorro y actuar con responsabilidad en nuestro desarrollo humano podría ser un pequeño paliativo para afrontar, como alguien señaló, las épocas de las vacas flacas y las vacas gordas.
Desde luego que los gobernantes tienen que enfrentarse y atender los aspectos económicos que se dan en una colectividad dentro de los márgenes que la misma Constitución los coloca. Hay una circunstancia que de plano impide planear con seguridad y ello es el aumento de la población.
A ello le agregamos la carencia de fuentes de trabajo que se necesitan en verdad, y la creación de pocas, por las transformaciones de la tecnología. Sería muy cómodo atribuir los fenómenos económicos a los gobiernos y en especial el no observar que los pueblos tienen la obligación de ser responsables en el desarrollo de su entorno.
México presenta severos problemas de pobreza y llevamos y seguiremos llevando mucho tiempo para resolverlos. Constitucionalmente se establecieron los derechos sociales como los de la habitación, la salud, la alimentación, la educación, el trabajo, entre otros que deben entenderse no como la obligación del Estado de darnos de comer, de darnos una habitación, etc., sino como la obligación del Estado de proporcionar los mecanismos para que se pueda tener acceso a todos esos satisfactores que requieren a su vez de carreteras, de escuelas, del establecimiento de instituciones públicas de salud, en una gran conclusión el de fortalecer los derechos humanos.
Desde luego que este tema no puede llevarse al campo de la simplicidad, sino al de las realidades y del sentido común. Nuestras dramáticas encuestas sobre la pobreza y marginación en nuestro país deben llevarnos a la búsqueda de urgentes soluciones.
Hace unos días conocí un documento serio y argumentado, elaborado por la Secretaría Técnica del Consejo Estatal de Población del Estado de Puebla que preside el Licenciado Antonio Hernández y Genis en donde se nos informa sobre la marginación que se presenta en los municipios, regiones y localidades del Estado de Puebla, mismo que nos ilustra sobre los asentamientos humanos en nuestra entidad, sobre la dispersión poblacional, la calidad de vida de los habitantes y nos señala la imperiosa necesidad de la disminución del grado de marginación, que requiere de acciones conjuntas entre todos los sectores involucrados en el diseño de estrategias y programas que incrementen y mejoren los servicios básicos que demanda la población. Es un trabajo que merece la lectura a fondo junto con las políticas públicas implementadas por el Ejecutivo local y el Ejecutivo federal que se complementan para fortalecer la calidad de vida de la población y asegurar un mejor porvenir.
La idea al tocar este tema, es el de despertar el interés de no andar buscando culpables sino el de encontrar y desarrollar soluciones.
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