Debate


Roberto Desachy

 

Precandidatos alternos, parte final


Como se escribió la semana pasada, en el PRI y PAN hay precandidatos a la gubernatura alternos; es decir, que en este momento no son considerados como los principales contendientes, pero que pueden obtener la postulación si las circunstancias políticas (en especial las rupturas y vetos internos) y electorales los favorecen.

 

Como la clase política lo sabe, en el PAN los principales precandidatos son Rafael Moreno Valle Rosas, que lleva 9 años en campaña, Ana Teresa Aranda, quien se encuentra alejada de la militancia de Puebla, pero podría contar con el respaldo presidencial por haber participado a su lado en la contienda del 2006 y fungir hoy en la subsecretaria de Gobernación; además del senador Ángel Alonso Díaz Caneja, quien tiene un trabajo interno importante en las regiones de la entidad.

 

Pero no son los únicos, ya que algunos panistas podrían obtener la postulación en el 2010 casi de rebote, sobre todo si se sigue generando un entorno de polarización entre tres fuerzas: Rafael Moreno Valle, el Yunque y el panismo poblano tradicional que no apoyaría al ex secretario de Finanzas ni al candidato yunquista (que posiblemente sea Díaz Caneja).

 

Solamente así es como el senador y ex subsecretario de Gobernación en el sexenio foxista,  Humberto Aguilar Coronado, podría quedarse con la postulación, porque al interior del PAN poblano carece del apoyo de la militancia y tampoco tiene el del Yunque, que es la corriente que controla a las dirigencias estatal, municipal y, desde luego, al Consejo.

 

Siempre perdedor en elecciones constitucionales (1997, 1998), Aguilar Coronado solamente ha sido capaz de “ganar” plurinominales”, ya que así obtuvo una diputación local y la senaduría que hoy usufructúa y que se debe a su cercanía con el “papá incómodo” de la hija de la actriz Edith González, el coordinador de los panistas en la Cámara Alta, Santiago Creel Miranda.

 

El “tigre” conoce cómo se mueven los hilos al interior del panismo poblano y sabe que sin el apoyo del Yunque ni de Felipe Calderón, solamente le queda esperar que ambos grupos se hagan pedazos y que se opte por una tercera vía, que podría beneficiarle al contar con contactos nacionales importantes, discurso y experiencia política.

 

En una situación similar estaría el “pastor”, Francisco Fraile García, a quien la derrota del 2004, sumada a una larga lista de pérdidas electorales, lo dejó – prácticamente – sin la influencia política interna necesaria, para tratar de ganar un cargo uninominal, como lo reconoció de manera indirecta él mismo el año pasado al hacerse a un lado y dejar el camino libre para el grisáceo Antonio Sánchez Díaz de Rivera.

 

El mismo Fraile García puede estar consciente de que ya pasaron sus mejores tiempos para lanzarse como candidato, pero nadie le puede negar que es una figura importante al interior del panismo poblano, que las múltiples posiciones plurinominales obtenidas le han dado un buen posicionamiento social y, por ende, podría ser un buen candidato emergente, si el Yunque no deja pasar a Moreno Valle y el PAN nacional se niega a apoyar una imposición yunquista, como ocurrió en el 2007.

 

Se puede incluir como precandidatos alternos a los secretarios federales Josefina Vázquez Mota y Javier Lozano Alarcón, pero solamente la primera podría tener alguna posibilidad, ya que aunque no tiene trabajo entre la militancia de Puebla, cuando menos se le reconocen su panismo y su cercanía con Felipe Calderón Hinojosa, mientras que el titular del Trabajo es visto sólo como un oportunista, cuyo único mérito fue haber apoyado a Calderón en el 2006, pero sin estructura ni influencia política reales.

 

La derrota de Antonio Sánchez Díaz de Rivera en el 2007 dejó al panismo sin un precandidato natural a la gubernatura y, como se dice en el ambiente político, con una caballada bastante flaca, casi famélica. Además, los frecuentes traspiés y contradicciones discursivas y políticas entre Rafael Micalco y Bernardo Arrubarena no han contribuido más que a confirmar la falta de unidad y, sobre todo, de estrategia para reponerse de la debacle del año pasado.

 

Sin embargo, la elección del 2009 implica una gran posibilidad para que el PAN se reponga, porque una contienda federal es siempre diferente a la local, además de que se espera que el aparato del gobierno calderonista respalde con todo a los aspirantes blanquiazules, con la intención de darle una mayoría parlamentaria que le apruebe todas sus iniciativas legales.

 



 
 

 

 
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