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Debate
Roberto Desachy
02/06/2009
Elecciones 2009: Calderón vs Marín
El hecho de que el partido del gobierno en Puebla, el PRI, haya usado una de sus propiedades, el estadio Cuauhtémoc, para hacer un spot televisivo a su favor, confirma lo que en este espacio se enfatizó hace bastantes semanas, en el sentido de que la administración estatal está usando los recursos oficiales para promover al priísmo, como sucedió cuando en su calidad de funcionario del Instituto para la Competitividad, Ignacio González Molina, dio un curso de capacitación a los candidatos priístas en las instalaciones de esa dependencia.
Además, el hecho de que durante esta campaña la prensa local se encargue de difundir documentos oficiales sobre los gravísimos conflictos judiciales y económicos de los representantes del PAN (Oscar Anguiano, Omar Coyopol, entre otros), es una señal clara de que las dependencias e instancias oficiales que dirimen estos penosos asuntos los están ventilando a la luz pública, con la clara finalidad de evidenciar las corruptelas y abusos de los panistas.
Entonces, lo cierto es que si por un lado los candidatos del PRI en Puebla no hacen campaña promocionando las obras de sus gobiernos ni traen a la entidad a hacer proselitismo a figuras nacionales que en este momento ocupan algún cargo público, como Enrique Peña Nieto; por el otro es obvio que el gobierno marinista sí usa al menos una parte de su estructura para apoyar a su partido.
Y el PAN no tiene autoridad moral o política para rasgarse las vestiduras por esto, debido a que Felipe Calderón Hinojosa hace exactamente lo mismo: manipula el programa Oportunidades, magnificó la aparición de la influenza para desviar la atención de la gente de la grave crisis económica y agrandar su propia imagen, además de que usa a la PGR y el tema del combate al narco con fines claramente electorales reforzando la campaña de su partido y evidenciando las supuestas o reales conexiones de gobernantes de otros partidos con narcos.
Incluso, durante el proceso de selección de candidatos del PRI- AN, se evidenció que Mario Marín Torres y Felipe Calderón Hinojosa colocaron a sus favoritos o permitieron que sus colaboradores cercanos se sirvieran con la cuchara grande. Para ello, las dirigencias estatal (caso del PRI) y nacional (PAN) de sus partidos solamente fueron instrumentos, para que ambos gobernantes pusieran a sus favoritos.
Por ejemplo: el titular del Ejecutivo federal impuso a dos de sus exfuncionarios, Miriam Arabián y Eduardo Morales Garduño, mientras que el mandatario estatal hizo candidatos a Francisco Ramos, incondicional de su hijo Mario Marín García; a su cercanísima aliada Blanca Jiménez y dejó que Manlio Fabio Beltrones colocara a Juan Carlos Natale.
Además, Germán Martínez fue colocado como dirigente nacional del PAN por decisión directa de Calderón Hinojosa, quien quitó del cargo a Manuel Espino y logró que su incondicional llegara al CEN sin rival alguno, en tanto que Alejandro Armenta Mier preside al PRI estatal solamente por determinación de Marín Torres y de Javier López Zavala.
Esto ratifica lo que se sabía desde que comenzó la contienda federal: que es una guerra de estructuras entre los gobiernos estatal y federal o Mario Marín Torres vs Felipe Calderón Hinojosa y que el resultado de la misma depende – en mucho – de las decisiones y estrategias de ambos.
Y en esta disputa de “estructuras” el reposicionamiento del PAN en las encuestas publicadas este lunes refleja que el presidente le está ganando la partida al gobernador, que sus candidatos son menos rechazados por los votantes y que su estrategia (la misma que usó en el 2006 vs Andrés Manuel López Obrador) es mucho más efectiva, porque el priísmo comenzó la campaña muy arriba y hoy la contienda en la mayoría de zonas de la entidad está muy cerrada y, en algunos distritos, el blanquiazul va adelante.
Cierto es que Calderón Hinojosa está mucho más interesado en el resultado de esta elección que Marín Torres, porque apenas va a la mitad de su gestión y quiere una mayoría cómoda que le garantice el apoyo a sus deseos, en tanto que el gobernador tiene más que garantizada una culminación tranquila de su sexenio y hasta existen posibilidades de que ocupe un cargo importante a nivel federal después de su gestión, sobre todo si maneja bien su sucesión y deja el gobierno en manos del PRI.
Si el PRI no logra ganar 12 o más diputaciones federales en la siguiente elección, se ratificará que para vencer en una elección competida, como lo es la de este año, no basta contar con el apoyo y recursos de la estructura del gobierno estatal y los poderes fácticos, sino que se requiere postular a candidatos ganadores y efectuar una campaña sólida.
Elementos
Que alguien me explique, por favor: Javier López Zavala y Mario Marín Torres decidieron a los candidatos, pusieron al dirigente estatal del PRI y definieron la campaña. Y ahora que las encuestas empiezan a decir que es posible que se hayan equivocado en uno o más de esos rubros, ¡sus allegados comienzan lanzar culpas a personajes que no palomearon la lista de aspirantes, no han jugado un papel estratégico en la elección y tampoco fueron avisados sobre los nombramientos de Armenta Mier y del resto de representantes priístas que están en la contienda!.
La empresa Sondeo Estudios de Opinión - que dice que el PAN lleva una ventaja ya inalcanzable en la ciudad - es la misma que en el 2007 predijo primero que el panista Antonio Sánchez Díaz de Rivera triunfaría y después que la elección municipal sería cerrada. La realidad desmintió ambas predicciones, porque no es una encuestadora confiable, sino que es solamente un instrumento del panismo para tratar de manipular a la opinión pública.
La encuesta de Mitofsky que publicó este lunes el reconocido columnista de El Sol de Puebla, Jorge Rodríguez Corona, refleja que la contienda en la capital está muy cerrada y que, a un mes de que concluya la campaña, hacen mal los panistas en sentirse ganadores y los priístas en creerse perdedores y botar la toalla.
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