Debate


Roberto Desachy

30/03/2009

¿Otra empresa fantasma manejará el alumbrado de la ciudad?


Hay señales claras de que el ayuntamiento de Puebla está cerca de concesionar el alumbrado público por el que resta de la gestión a una empresa fantasma o creada ex profeso para quedarse con ese negocio, ya que es extraño que un prestador de servicio serio y prestigioso esté dispuesto a dotar de luz a la ciudad solamente por lo que resta de la administración alcalista, a menos que tenga asegurado el negocio.

 

Además, llama la atención que la empresa que ya fue favorecida por la gestión de Blanca Alcalá Ruiz con la cesión del alumbrado público, Traffic Light, no tiene página de Internet, tampoco se puede saber qué antecedentes tiene en este negocio o dónde presta sus servicios y, por si fuera poco, es muy notoria la premura con que el municipio emitió la supuesta licitación y dará a conocer su dictamen.

 

La presidenta Alcalá Ruiz debería estar más atenta con lo que ocurre en las licitaciones que arma su administración y, en especial, con las relacionadas con el alumbrado público, porque hay señales claras de que o se trabaja al vapor o se pretende hacer un jugoso negocio con en este rubro.


Veamos: el pasado 17 de marzo, (nota en Cambio y La Quintacolumna, entre otros medios), el propio titular de Obra Pública municipal, Sergio Vergara Berdejo, reconoció que “la empresa Traffic Light aún no entrega al 100% las 40 colonias que le fueron consignadas para la entrega de 600 luminarias y el mantenimiento de las que no estén en funcionamiento, por lo que en cuanto esta empresa concluya sus obras  cesarán sus funciones, ya que su contrato finalizó el mes de febrero de este año”.
No es de extrañarse que una empresa fantasma o hechiza no cumpla, porque no existen datos concretos sobre qué es Traffic Light, quiénes son sus propietarios y directivos, dónde está su sede, cómo trabaja y en qué ciudades da alumbrado público, si es que en alguna lo hace. Esta supuesta empresa carece de una página propia de consulta en Internet y en la del ayuntamiento tampoco se maneja información alguna sobre ella.

 

Por ello, es necesario preguntarse quién y por qué escogió a Traffic Light para que incumpliera con su compromiso de alumbrar algunas calles de la ciudad. También es importante que se sepa qué daño sufrieron las arcas municipales por este incumplimiento o si se sancionó y por cuánto a esta empresa.

 

Lo que sí queda claro, transparente, es la premura con que el gobierno municipal quiere entregar a alguna empresa privada (posiblemente ya conocida por alguien de la administración alcalista) el negocio del alumbrado en lo que resta de la gestión. Esto se demuestra por el hecho de que apenas el miércoles 18 de marzo se emitió la licitación respectiva y se pretende que el próximo viernes 3 de abril se decida quién se queda con el negocio.


Se pretende que quien se quede con el “servicio” acceda a darlo por menos de 2 años y que cuente con un capital mínimo de 80 millones de pesos. Sin embargo, quien conozca de la administración pública sabe que a cualquier empresa no creada ex profeso para esta operación o que no conozca de la licitación antes de su publicación en los medios o en el portal del municipio, le sería muy difícil participar en ella por lo acotado de los tiempos y esto genera sospechas sobre la limpieza del procedimiento.

 

Desde que comenzó la gestión municipal, algo huele muy mal en lo que se refiere a las convocatorias y licitaciones que organiza. Y por más que la alcaldesa y su gabinete traten de deslindarse del tema o de salirse por la tangente diciendo el clásico “no pasa nada”, las dudas y sospechas se confirman. 

 

Elementos

 

Es notorio que la contienda electoral ni siquiera haya comenzado, que el PAN todavía no tenga candidatos formales y que al interior del PRI ya se haya empezado a repartir culpas por las derrotas que – presuponen los priístas – obtendrán en los comicios federales de julio, principalmente en la ciudad de Puebla y en distritos competidos, como Atlixco o Tehuacán.

 

Según estas voces y plumas, uno de los zavalistas más activos y autodeclarado, Alejandro Armenta Mier, aprovechó su rol como dirigente formal del PRI, para engatuzar a otros precandidatos a la gubernatura pidiéndoles que promuevan el voto priísta en determinados municipios, con la intención de culparlos de las futuras derrotas y sacarlos de la sucesión del 2010, una vez que el PAN se quede con la mayoría de los distritos de la Angelópolis y de otras partes de la entidad.

 

Desde luego que este razonamiento tiene lógica y bases, debido a que – efectivamente – si el priísmo pierde la repartición de culpas y la autojustificación se convertirán en un vergonzoso espectáculo de intento de sobrevivencia política.

 

Sin embargo, quienes en el futuro cercano quieran achacar a los llamados “delegados especiales” las derrotas priístas se olvidan de que desde hace varias semanas algunos columnistas cercanos al gobierno marinista han señalado que el tricolor perderá ciertos distritos, como parte de la negociación política con el grupo calderonista que data desde el 2006 y, sobre todo, para no hacer enojar al propio Calderón Hinojosa.

 

Además, los candidatos a las 16 diputaciones federales NO fueron elegidos por alguno de los 5 delegados especiales (Alberto Amador Leal, Jorge Estefan Chidiac, Enrique Doger Guerrero, Víctor Hugo Islas Hernández, Jesús Morales Flores), sino por el grupo político que controla el gobierno estatal y al partido. Entonces, si la selección de aspirantes fue errónea, esta culpa recae en quienes los postularon.

 

Tampoco puede olvidarse que políticos ligados al gobierno y promotores del proyecto Z, como José Alarcón Hernández, han enfatizado que la siguiente elección federal será de “estructuras” y, por ende, las que estarán en la competencia son las administraciones federal y estatal.

 

Otra cosa que es importante tomar en cuenta es que en los comicios federales del 2000 y locales del 2001 el entonces presidente municipal y hoy gobernador, el mismo Mario Marín Torres, declaró abiertamente que las derrotas del PRI en la ciudad no eran su responsabilidad, debido a que él no había sido candidato y a que cuando él contendió sí triunfó. También aseveró que su futuro político no dependía de resultados electorales ajenos y…tuvo razón.

 



 
 

 

 
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