DIÁLOGOS EN EL INFIERNO


José Zenteno


13/04/2012


Las todavía aburridas campañas


Ya comenzaron las campañas y encuentro un escenario distinto al que imaginé. Los candidatos presidenciales arrancaron despacio y con estrategias conservadoras. Es como en el box cuando los primeros rounds son de pocos golpes y muchas fintas. Esta situación le favorece por mucho al candidato puntero, quien desde la comodidad de sus casi 50 puntos de intención efectiva de voto, observa cómo sus contrincantes se debaten entre problemas internos y problemas existenciales.


La candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, tiene muchos problemas al interior de su equipo de campaña, mismos que demuestran falta de claridad y de mando en la propia candidata. El cuerpo tiende a reproducir los males de la cabeza y es el caso de la campaña presidencial panista, que en este tercer intento por hacerse de la Presidencia de la República, las cosas no le están saliendo como esperaban. Sin embargo, el bando albiazul está haciendo los cambios que nosotros apuntamos en una entrega anterior, un ejemplo es la incorporación oficial de Antonio Solá al equipo de campaña. Este personaje es un famoso consultor político de origen español, experto en guerra sucia lanzada con los recursos del Estado y vinculado a partidos de derecha en Europa y América Latina. Así que pronto comenzarán a llegar a nuestras bandejas de correo electrónico, y a nuestras cuentas de Facebook y Twitter mensajes denigrantes contra Enrique Peña Nieto e incluso contra Andrés Manuel López Obrador. A eso ya estamos acostumbrados, la novedad será que buscará mover alguna emoción en la conciencia colectiva de los mexicanos, como en 2006 cuando hizo del miedo al “peligro para méjico” la principal motivación de voto en contra del candidato de la izquierda. El único peligro que podemos advertir es la polarización que otra vez intentará el nada célebre consultor ibérico, a la cual espero se le oponga una buena dosis de sentido común y ética política de parte de la propia Josefina.


El problema en el bando de la izquierda es de otro tipo, un poco más etéreo y se desenvuelve en el plano existencial de Andrés Manuel López Obrador y los suyos. El debate que mantiene atado de manos al candidato de las izquierdas tiene que ver con la definición de quién es y lo que quiere ofrecer al país desde una plataforma ideológica de izquierda. El problema se origina en la campaña que le hizo el PAN en 2006 cuando lo llamaron un “peligro para México”, logrando que la gente lo asocie con políticos populistas y autoritarios como Hugo Chávez de Venezuela. Esa idea persiste en muchos millones de mexicanos, quienes ven en la izquierda a una alternativa de mejor gobierno pero que se detienen por la presencia de López Obrador como candidato. El antídoto que los estrategas diseñaron fue vender la idea de la “República Amorosa” como una manera de “lavarle la cara al peje”, resultado que no han conseguido y solo han provocado más dudas en la gente. Porque ahora lo siguen viendo como lo que creían que era, un populista demagogo, pero además mentiroso porque habla del amor cuando antes su discurso era violento y confrontador.


Me parece que el debate existencial debería de terminar pronto y con ello aclararle dudas a la gente, al presentar una serie de compromisos sólidos y contundentes en materias que son muy importantes para la definición de la intención de voto favorable a la izquierda. Si yo fuera el estratega, buscaría dar garantías de que el estado de ciertas cosas importantes no van a cambiar con Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República. Una de estas cosas es el régimen de libertades, las personas por sencillas que sean sus condiciones socioeconómicas prefieren vivir en libertad que tener un refrigerador lleno de comida. El mexicano tiene miedo a un gobierno represor, sin importar que la represión se justifique en anteponer el interés de los pobres. Otro elemento que preocupa es la continuidad en la transformación democrática que tiene que ver con respetar la división de poderes, la celebración de elecciones libres y el Estado de Derecho. También hemos encontrado que la gente cree que López Obrador se va a confrontar con los empresarios ricos y poderosos quienes iniciarán una lucha contra el gobierno sin importarles que se pierdan empleos y se agraven las condiciones económicas del país. En este sentido, Obrador debería expresar su compromiso con las bases del régimen económico actual, como la propiedad privada, el orden de las finanzas públicas y que no se nacionalizarán industrias ni se perseguirá a los empresarios sin justificación jurídica y ética. Desde la perspectiva de Andrés Manuel basta con decirle a la gente lo que hizo como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, pero desde la perspectiva de la gente eso no es ninguna garantía de nada. Por eso, si quiere meterse a la competencia y aprovechar el desencanto causado por la oferta de cambio que no llegó, la izquierda debe comprometerse con el país y brindar garantías de que será una izquierda moderna como la de Brasil, Chile o España.


El PRI tiene una estrategia adecuada a su condición de puntero y con un candidato en forma para la competencia en el terreno que le conviene. Es decir, el terreno de la imagen y las percepciones superficiales es el que más favorece a Peña Nieto, nada de entrar a la discusión profunda de los temas nacionales, nada de presentarse en entrevistas sin haberse pactado un guión de antemano, nada de escenarios que puedan exponer al candidato a cometer otro error como el de la Feria del Libro de Guadalajara. Sin duda, la campaña publicitaria del candidato presidencial del PRI es impecable, el mensaje es simple y moverá la intención de voto de muchos millones que encuentran en el compromiso de Peña Nieto, la única certeza de que algo bueno pueda ocurrirle a México. Así de simple y así de complejo. Sin embargo, hay que decir que el equipo del priista está haciendo un buen trabajo de comunicación al identificar y combatir sus flancos débiles, como la idea “de que el PRI pacta con el narco” o de que “el programa Oportunidades va a desaparecer con el PRI”. Estas ideas las ha implantado el PAN y la misión del equipo de Peña Nieto al comienzo de la campaña ha sido combatirlas con energía, lo cual demuestra que hay profesionales de investigación y comunicación que hacen su trabajo.

 

Como encuestador y consultor político profesional me preguntan quién creo que va a ganar las elecciones en julio próximo. La verdad es que nadie lo sabe, lo único que puedo decir es que si siguen como van, el PRI regresa a Los Pinos.

 



 
 

 

 
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