Dios en el poder


Selene Ríos Andraca
diosenelepoder@hotmail.com

13/07/2010


L etreote rnurita



"¡Shobres! ¡Shobres! ¡Shobres! ¡Shobres! ¡Shobres!” —léase al ritmo de “Las Lavanderas”—.


Wow.


Estoy en shock nervioso por culpa de Jorgito Sánchez Morales.


Es increíble su capacidad de inventar ocurrencias para hacer el ridículo en su intento de reivindicarse con el morenovallismo.


¡¿En qué se inspira?!
¡¿Quién es su musa?!

¡Yo quiero saber!


Hago berrinche.


En la semana de las adhesiones a Compromiso por Puebla, yo creo, humildemente, que el presidente del Instituto Electoral del Estado ha superado a priistas, columnistas, periodistas, políticos y demás.


Jorge Sánchez se merece un minuto de aplausos por hacer tremendo papelón frente al representante de la coalición en el organismo electoral.


Clap.
Clap.
Clap.


También fanfarrias y porras por querer borrar todos los agravios en contra de la megacoalición ambidiestra.




This is the story.


José Antonio González Roldán, representante de la alianza opositora en el IEE, acordó con el presidente del organismo electoral la entrega de la constancia de mayoría para Rafael Moreno Valle.


No hubo traba alguna para al gobernador electo, mucho menos pretextos para permitir el acceso a las personas.


Sánchez Morales se portó complaciente, como sedita.


Y justo en la reunión entre operadores morenovallistas y los miembros del Consejo General, Jorgito echó a volar su imaginación y, fiel a su estilo trastabillado y balbuceante, dijo:


—¡Aa sé, engo unidea menial!— soltó.


(“¡Ya sé, tengo una idea genial!”).


—Dígame.
—Ampoco no ería andioso, gagnífco, marlloso e ara la entega e la nstancia e amoría, se locara uno ran etrero, enrme, on luce y toto e ompromiso por Puebla.


(“A poco no sería grandioso, magnífico, maravilloso que para la entrega de la constancia de mayoría, se colocara un gran letrero, enorme, con luces y todo de Compromiso por Puebla”).


—¿Qué dice, presidente?


—¡Seee! ¡Seee! ¡Seeee! Loquemos un ran etrero de ompromiso por Puebla ensala de conerencias ara el goberdor elcto.


(“¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Coloquemos un gran letrero de Compromiso por Puebla en la sala de conferencias para el gobernador electo”).


—¿Quiere usted colocar el logotipo de la megacoalición en el interior del Instituto?
—¡Aro! ¡Aro! ¡É marlloso! ¡Sí! Ara que Rafel se senta cómodo, se senta en casa. Nemoscerlo sentir bienido en el organsmo.


(“¡Claro! ¡Claro! ¡Qué maravilloso! ¡Sí! Para que Rafael se sienta cómodo, se sienta en casa. Tenemos que hacerlo sentir bienvenido en el organismo”).


Mmm
—¿Apco no es llante idea? Un etrero muy grrrande, con trotas y todo…ls cuatro olores, el relete, conla prase: “Oreno Alle Goberndor”. Uff, ¡geeeeeeenal!


(“¿A poco no es brillante la idea? Un letrero muy grande, con letrotas y todo… los cuatro colores, el rehilete, con la frase: “Moreno Valle Gobernador”. Uff, ¡genial!”).


—No nos parece correcto que se coloque el logotipo de la coalición, pero agradecemos su propuesta.
—Insénlo, insénlo bien.


(“Piénselo, piénselo bien”).


—No, mejor con los logotipos del Instituto. Será lo mejor.
—Tedes andam. Omo usten, el nstituto a su isposición.


(“Ustedes mandan. Como gusten, el Instituto está a su disposición”).


Ay, Jorgito.


¡Ternurita!




En los cafés con sus incondicionales cinco consejeros y su gente de confianza, el presidente considera que lo mejor que le pudo haber pasado a Puebla es que ganara la oposición para terminar con el marinismo.


“Aternancia es uga ena ostión ara el stado. Nesario el mbio del poder, y erá bajo mi esidencia la ansición emocrática”.


(“La alternancia es una buena opción para el estado. Era necesario el cambio en el poder y será bajo mi presidencia la transición democrática”).


Ternurita, ya olvidó que fue él y sus cinco incondicionales quienes se negaron a organizar un segundo debate entre el gobernador electo y Javier López Zavala, y que en el primero existiera la réplica y contrarréplica.


Que acusó a los opositores de hacer berrinche por el segundo debate.


Que permitió que el bloque PRI-Verde se promocionara con el eslogan del gobierno marinista: “Puebla Avanza”.


Que impidió que hubiera más de 5 mil 600 observadores en las casillas, porque eran operadores malévolos del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, tal y como el tricolor lo exigió en distintas ruedas de prensa.


Que refutó la reforma electoral para hacer el cambio de los comicios de noviembre a julio, y hasta una tesis encontró para argumentar que era imposible adelantar la jornada electoral, tal y como el PRI lo quería.


Que se burló hasta el cansancio de la triada de rebeldes y gritaba a todos los vientos “nos los chingamos”.


Que presumió ad náuseam su relación y obediencia a Javier López Zavala y Mario Marín Torres.


Que el día de la jornada electoral hablaba, hablaba y hablaba con los zavalistas y preguntaba cada media hora: “¿Cómo vamos?”.


Que después de las seis de la tarde su insoportable soberbia se redujo a una mueca.


Que él no enteró a los zavalistas de la tremenda caída de su candidato.


Uf.


Claro, con la idea del letrerote y su venia a la alternancia ya se congració con el nuevo gobierno.


¡Dios, basta!


Las Monadas de Elmer

 


 



 
 

 

 
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