Dios en el poder


Selene Ríos / Edmundo Velázquez

 

Megaparty en la Sierra Norte


Pa´ Mundito, que ayer fue su cumpleaños 26



Y lo peor es que no nos invitaron y eso que somos rebuena fiesta y rete bailadores.


De nada nos sirvieron nuestras dotes histriónicas ni nuestra famosa interpretación de Pimpinela, nos faltó el pequeño detalle de ser fanáticos de Javier López Zavala para estar invitados a la pachanga que armó en Patoltecoya la semana pasada.


Quesque hubo de todo.


Whiskey, tequila, brandy, tacos, botana, mariachi y lo que nunca puede faltar en una digna fiesta de pueblo: ¡Pelea!


Sí que sí.


Después de reunirse con los cristianos, tras recibir la bendición y al Señor en su corazón, López Zavala se fue a cenar con sus operadores de aquella región para celebrar el éxito de su gira por Xicotepec, Juan Galindo, Huauchinango y Naupan, municipios en los que repartió recursos públicos para posicionarse rumbo al 2010.


Por la noche, ya que las actividades proselitistas habían culminado, qué mejor cierre que echarse unos alipuces a la salud del alma purificada y por su puesto, por los clavos de Jesucristito.


La cita fue en el restaurante El Lago, con vista a la presa de Necaxa, donde por cierto hacen unos tacos sudados ¡buenísimos!
Ahí, el secretario de Desarrollo Social y unos 20 operadores se gastaron 25 mil pesitos en las copitas y los taquitos, pero no se preocupen, el gasto lo absorbió Juanito, el dueño del restaurante, aunque el diputado por Xicotepec, Carlos Barragán, presumió que fue él quien pagó todo.


Pero lo que sí absorbió el buen Barragán fueron varios litros de alcohol y unos cuantos golpecitos.


Dicen —insistimos, nosotros no estuvimos y por ello el ardor— que Carlitos Barragán, con hartísimas copas encima, se fue al baño y se topó con Vicente Valencia Ávila, edil de Venustiano Carranza.


Con el alcohol, las emociones florean —como si no lo supiéramos— y Barragán comenzó a reprocharle a Valencia: “Que si Zavala me quiere más a mí; que si yo le sirvo más; que si yo soy más eficiente, que se las pongo, se las pongo…”


Y el otro, que se sintió ofendido y poco querido, que le contesta: “Que no es cierto, que soy yo, que me quiere más a mí, que yo soy más eficiente, que yo ya se las puse, se las puse…”


Y ya ofendidos los dos, tremendos gritos y sombrerazos que se armaron en el baño del restaurante El Lago, con vista a la presa de Necaxa.


Otros fieles zavalistas separaron a sus pares y los tranquilizaron.


Al término de la armoniosa velada, Carlos Barragán salió en brazos de sus paisanos, pero no crean que como héroe, sino con el clásico cargadito llamado “la aguilita”.


Otro que salió dando topes contra las paredes fue el buen Zavalita y sus guaruras terminaron siendo los sacaborrachos de la noche.


Ah, casi lo olvidamos: en mariachis nomás se gastaron 12 mil pesitos, en puras rolas de José Alfredo y Vicky Carr, que por cierto aún no pagan.


Salud, señores.


El regalo ganador


Según nuestra encuesta realizada, el regalo que ya estrenó Mario Montero Serrano es la faja tibia con cremas reductivas que tan amablemente le obsequió su amigo Jesús Manuel Hernández, durante su cumpleaños número 54.


Porque ustedes así votaron, les presentamos cómo se ve Mario Montero con su súper faja para disimular la gordura.


Agradecemos de corazón el resultado de la encuesta, temíamos que el ganador fuera el vale para una exploración rectal, ¿se imaginan la foto?

 

 



 
 

 

 
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