Dios en el poder


Selene Ríos / Edmundo Velázquez

 

Las decepciones navideñas

 


Ay, Lalo tan guapo y sin poder de convocatoria.


El buen Lalo Rivera aprovechó la época navideña, en la que todos quieren a todos y todos se perdonan todo, para convocar a una comida de la unidad entre los militantes de su partido.


Y estamos seguros que hubieran llegado los 300 panistas convocados, si en lugar de llamar a comer tacos por la dichosa, famosa, anhelada y tan traída y llevada “unidad”, lo hubiera hecho para celebrar la navidá.


Además, ambas palabras riman.


En fin, esa no es la historia.


El chisme, señores, es que Lalo, sus bíceps, sus piernas y su estómago de acero demostraron el bajo perfil que han adquirido desde que abandonó la presidencia del Comité Directivo Estatal y el nulo poder de convocatoria que ahora tiene, a pesar de ser el coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local.


Y es que, Rivera Pérez invitó a más de 300 panistas a comer en un saloncito de fiestas de la vía Atlixcáyotl y llegaron menos de 100 personas.


Zas.


—¡Nosotros sí hubiéramos ido rey!—.


Dicen los que fueron —nos contaron dos panistas, no crean que todos— que a Lalito se le quedó el mole, el arroz, el pipián, las papas y las rajas, y que seguramente, hasta se le echaron a perder.


Ups.


—Eso es pecado, el desperdicio de comida es pecado, Lalo—.


Lo peor no es que los panistas invitados al convivio hayan desairado al guapísimo y sexy diputado —¡Nosotros jamás lo haríamos!—, sino que los que llegaron nomás no figuran ni en su casa.


Ustedes pensarán, queridos lectores, que como Rivera es el jefe de la bancada del PAN, llegaron al menos cinco de los siete diputados locales restantes. Pero, no, están en un error.


Solamente Manuel Janeiro llegó a la taquiza y ningún otro legislador local hizo acto de presencia.


—Pensamos, diputado, que no fueron tus compañeros porque una noche antes fue la fiesta pa nosotros los reporteros, donde por cierto nos ganamos un DVD, pero no fue desaire—.


Mega zas.


Y también, queridos lectores, estarán en un error si piensan que a la fiesta por la unidad llegó Rafael Micalco o algún funcionario del comité directivo.


Para no dejar tan mal a Lalo, ya no contamos de la ausencia de los senadores panistas.


¿Les parece?


Nomás para cerrar esta bonita y navideña anécdota, les aclaramos que la fiesta de la unidad, dicen, tenía el inequívoco objetivo de preparar el terreno para Lalo rumbo al 2010.


¿Tan temprano?


Sabes que te queremos Lalo.


¡Feliz unidad!


Perdón, ¡Feliz navidad!

 




 Aviso de ocasión.


Confeti para nuestro desmadre


¡Uju! ¡Uju!


Yupi! Yupi!


Señores lectores: a partir de la próxima entrega, el mejor monero de Puebla y de zonas aledañas adornará esta jocosa y divertida columna con sus excelentes trazos.


Así como leen: Elmer Sosa aceptó nuestra invitación y esperamos que este jueves entregue su primer cartón alusivo al tema a tratar ese día.


¿Están felices?


¡Nosotros mucho!


Es un honor para nosotros que el señor monero de Cambio haya dado el sí a este humilde espacio.


Para aquellos no lectores de Dios en el Poder, tendrán una razón para asomarse a este espacio.


Por supuesto, los montajes —grinchejadas— del excelente diseñador Óscar Cote “El Grinch” no faltarán nunca, porque sin él estaríamos hundidos.

 

A ambos, co-colaboradores de esta co-columna: ¡hartas gracias!

 



 
 

 

 
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