Dios en el poder


Selene Ríos / Edmundo Velázquez

 

El León sin su selva


Antes lloraban porque querían que acabara el reinado de Guillermo Pacheco Pulido en el Tribunal.


Los litigantes se quejaban porque el Tribunal estaba gobernado por la pandilla de Pacheco.


Y cuando dejó el poder todo mundo pensó que vendrían tiempos de cambio.


Que todo estaría pre-cio-so en el Tribunal.


Que ahora sí las cosas funcionarían de manera imparcial.


Que los jueces no serían hostigados para dar sentencias.


Que no les cargarían la mano a aquellos que no fueran consentidos.


Que los abogados podrían resolver sus casitos así sin tráfico de influencias de por medio.


Que el Tribunal, ahora sí, sería el paraíso.


—¡Ternuritas!


Nada más falso.


León Dumit no termina de convencer como magistrado presidente.


Y ahora los jueces lloran pero porque tienen un problema de identidad.


Y grueso.


No saben quién manda en el Tribunal Superior de Justicia.


“Con Pacheco antes sabíamos, por lo menos, quién era nuestro jefe”, señalaron algunos jueces en una reunión, de la cual nuestros castos oídos tuvieron conocimiento.


“Ahora no sabemos quién manda. Si Mario Montero o León Dumit”.


Ámonos.


Y sí.


Eso parece.


Ahora resulta que El Rey de la Selva, como se conoce al magistrado presidente entre los pasillos de Ciudad Judicial y los juzgados penales, no manda en su propia jungla.


La verdad, la queja existe y es latente.


“Al magistrado presidente se lo pasan por el arco del triunfo”, señaló otro togado molesto.


La actitud pasiva de Dumit a muchos de sus trabajadores se les hace sospechosa.


Saben que Dumit tiene capacidad, que tiene trayectoria, que sabe hacer las cosas.


Pero no saben por qué ha abandonado el Poder Judicial, y ahora el que telefonea para dar indicaciones es el mismísimo Mario Montero Serrano.


Como muestra vendrán movimientos a la salud del secretario de Gobernación.


Uno de ellos, dicen, favorecerá a sus familiares, amigos y cercanos.


Los nombres ya se saben.


Es más, las preferencias ya existen.


Trabajadores del Tribunal temen que cualquier día, Miguel Ángel Chávez Castañeda, su cuñado, termine como magistrado.


Chávez, apodado por litigantes y jueces como El Carnicero —vaya usted a saber por qué, nosotros no lo hemos visto despachar chuletas—, ha sido criticado por sus rápidos avances en materia de trayectoria judicial. ¿O será por su poderoso padrino?


Alguien más que también anda bien consentida por el Tribunal es la juez Idalia Arciniega.


A ella, se dice, se le favorecerá con su plaza como juez titular sin problemas.


¿Por qué?


Por ser cercana a Amparo Montero, la hermana del secretario de Gobernación.


Y agárrense magistrados… que hay jubilaciones que al verdadero rey de la selva ya le pidieron como favor especial.


Así las cosas.


Tan lejos de Dumit y tan cerca de Montero.


Entonces, ¿quién es el verdadero Rey de la Selva?


¿Quién manda en el Tribunal?

 

 



 
 

 

 
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