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Duelo de Espadas


Edmundo Dantés


Vida artificial

 

Cada día que pasa se confirma que la “elección” del 11 de noviembre no será más que una farsa” y que la capital fue negociada entre el PRI y el PAN como parte del caso Cacho. Solamente así se explica el interés de la gente que maneja la campaña de Blanca Alcalá por darle vida artificial a Antonio Sánchez Díaz de Rivera.


Mientras las encuestas reflejan que el panista va en declive y que la priísta tiende a superarlo, es una omisión imperdonable que hasta la fecha no haya spots radiofónicos y televisivos del PRI, pese a que los yerros de Felipe Calderón en el llamado informe imperial abrieron una inmejorable oportunidad de resaltar la incapacidad del PAN por gobernar bien.


Por si fuera poco, todos los días Sánchez Díaz de Rivera le da a los poblanos una nueva razón para no votar por él, cuando reconoce su intención chapulinesca y se convierte en el porrista número uno a favor del aumento a la gasolina, a pesar de que ya ni los diputados federales del albiazul están convencidos de este nuevo atentado a la economía familiar.


El del PAN se ha convertido en una especie de anticandidato: enfurece a las personas de la tercera edad y a los automovilistas cuando inicia campaña afuera de Casa Aguayo el mismo día que demuestra su impericia en un bache, deja a vecinos de Santo Tomás Chauatla sin teléfono en su segundo acto oficial, grita a los 4 vientos que pretende que la alcaldía sea sólo su plataforma para la gubernatura.


No contento con ello, reconoce que de ganar se subirá el sueldo para recompensarse por la responsabilidad que implica gobernar la cuarta ciudad más importante del país, minimiza los recursos municipales y vocifera su vocación antipopular al avalar el aumento a las gasolinas. 


Este breve recuento de daños a la campaña del PAN refleja una pequeña parte del vía crucis que Toño impone al panismo y que ha provocado que su ventaja se haya reducido a nada, según las encuestas reales. Su soberbia y diarrea verbal y mental hacen augurar que estas fallas se incrementarán conforme transcurra la contienda y serán peores si es sometido a más presión.


Sin embargo, parece que el PRI no quiere ganar y a esto se debe que no le saque provecho político-electoral a los continuos traspiés del blanquiazul. Por ello, ha permitido que la contienda se concentre en los rubros que le interesan al panismo, como el bacheo y el alumbrado público, pese a que existen otros temas de posible debate mediático y social que serían francamente negativos para Sánchez Díaz de Rivera.


El priísmo debería tratar de enfocar la campaña en lo positivo de sus gobiernos y en lo negativo de las gestiones panistas, ya que la ciudadanía sabe que mientras las administraciones estatal y municipal han dado resultados concretos en beneficio de la ciudad, Vicente Fox y Felipe Calderón no hicieron nada en infraestructura, combate a la pobreza, seguridad pública, entre otros temas.


Lo cierto es que el ayuntamiento actual ha modernizado la infraestructura urbana, mantiene a la ciudad sin delincuencia organizada, pagó adeudos ocultos que Luis Paredes Moctezuma dejó crecer y perder e impulsó medidas de austeridad que le permitieron superar un férreo cerco financiero y continuar con la obra pública en distintas zonas de la Angelópolis.


En el tema de la corrupción, la realidad establece que el Congreso local ha aprobado en tiempo y forma las dos primeras cuentas públicas de Enrique Doger y que, hasta el momento cuando menos, no se han presentado pruebas concretas de anomalías y las acusaciones de sus detractores quedaron en el discurso, en el mensaje mediático-político.


En contraste, en la memoria colectiva se sabe que la gestión panista de Paredes Moctezuma hizo una sola obra en tres años, se caracterizó por la corrupción galopante en todos los rubros de la gestión pública y cayó en excesos personales y colectivos, que sumieron a la institución del ayuntamiento en el mayor desprestigio de su historia.


Y mientras el PAN trató - sin éxito - de expulsar de sus filas a Paredes Moctezuma, que hasta la fecha sigue como fugitivo de la justicia, la buena percepción ciudadana a favor de Enrique Doger llevó a dirigentes panistas, como Rafael Micalco, a reconocer que lo aceptarían como miembro del partido. 


En conclusión, la actual gestión municipal ha hecho más y mejor trabajo que la anterior y la ciudadanía lo sabe y lo plasma en las encuestas. El problema para Blanca Alcalá es que su equipo se niega a fortalecer y capitalizar esa percepción social y deja que el debate de campaña se dé en los términos que el panismo pretende.


Cualquier estratega político o militar bisoño sabe que un elemento importante para ganar es hacer que la disputa se concentre en el terreno que le es más favorable, porque se incrementan las posibilidades de triunfar. En consecuencia, no es lógica ni aceptable la omisión en que incurre el priísmo.


Esta actitud solamente se explicaría por la intención de ceder a cualquier costo, de perder con quien tampoco desea ganar, debido a que – es necesario decirlo – la actitud de Díaz de Rivera tampoco demuestra una intención ganadora, sino que refleja que sabe que triunfará, sin importar los errores, excesos o abusos que cometa.



 

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