publicidad  
 
Abrir el índice

 

 
       
   
   
   

Duelo de Espadas


Edmundo Dantés


Exceso de confianza

 

Parece que la campaña de Blanca Alcalá Ruiz pasó del desahucio a la estupidez, sin tocar nunca la sensatez y la estrategia, ya que en los últimos días ha enviado señales de una soberbia que debería ser preocupante para el PRI, principalmente porque hasta el momento no ha ganado nada y continúa como la opción que más rechaza la ciudadanía, pese a que en algunas ocasiones postule buenos candidatos.


El hecho de que Víctor Manuel Giorgana Jiménez y otros allegados a la candidata del PRI ya anden repartiéndose los puestos que todavía no ganan, implica que se están creyendo sus encuestas que los colocan hasta 20 puntos arriba del PAN, cuando el sentido común señala que la contienda sigue bastante competida y lo más probable es que así llegue al 11 de noviembre.


Además, los continuos golpes mediáticos y políticos internos debilitan a una candidata que, la verdad sea dicha, ha remontado posiciones a pesar del partido, no gracias a él. Quienes rodean a Alcalá Ruiz deberían considerar que la concreción de sus futurismos depende, precisamente, de que sus disputas no afecten demasiado a quien encabeza la planilla.


Aunque parece haberlo olvidado, el PRI tiene debilidades que el PAN puede aprovechar, como el desprestigio histórico de las siglas, la corruptibilidad de sus cuadros intermedios, el antipriísmo mayoritario en un municipio conservador como Puebla, los escándalos en que se han visto envueltos algunos de sus gobernantes, la falta de punch de su campaña, la frágil unidad interna, el avasallamiento de la propaganda panista, el alejamiento ¿o abandono? del CEN y, sobre todo, el hecho de que ya no maneja en su totalidad los hilos del poder político, que en buena medida hoy se encuentra en manos albiazules.


De hecho, la soberbia priísta está absolutamente fuera de lugar en este momento, porque todavía sería una sorpresa su victoria y el partido a vencer sigue siendo el blanquiazul, pese a postular a un candidato cuyos dislates discursivos han hecho que los panistas modifiquen 3 veces su estrategia electoral al imponerle un voto de silencio a su principal contendiente.


Otro aspecto que los priístas deberían tomar en cuenta es la posibilidad real de que la elección por la ciudad se decida en la mesa de negociaciones o en los tribunales, no en las urnas. El caso Cacho sigue vigente en la SCJN y, ante una derrota electoral, los panistas podrían tratar de concertacesionar Puebla a cambio de una exoneración final y total.


Los panistas han demostrado que pretenden quedarse con la ciudad (y el estado) a costa de lo que sea, incluso de la voluntad popular. En consecuencia, es muy posible que sigan tratando de usar el caso Cacho como moneda de cambio, para arrebatar una eventual victoria del tricolor, en especial si éste no le saca una buena ventaja en las urnas.  


Tampoco deberían minimizar la posibilidad de que el empanizado TRIFE sea el que defina el resultado final de la contienda, sobre todo si se da una votación cerrada. La ola de denuncias sin ton ni son que el PAN ha interpuesto demuestra su intención de descalificar los comicios, para desconocer un eventual resultado desfavorable y tratar de ganar en la mesa lo que los poblanos no le den en las urnas.


Solamente el equipo que va perdiendo descalifica al árbitro y al propio juego antes y/o después de que éste termine y eso es precisamente lo que ocurre con la campaña panista contra los comicios. El PRI nacional y estatal deberían tener listo un ejército de abogados, para defender una eventual victoria, pero hasta el momento ni la candidata ni sus allegados han hablado del tema.   


Estocada 
Aunque se diga (con cierta razón) que el gran perdedor en las elecciones de Chiapas y Oaxaca, lo cierto es que en ninguna de esas entidades el panismo es fuerte y, por el contrario, en ambos ha demostrado una debilidad histórica por ser estados pobres, con gran presencia indígena, lo que explica el desinterés de una corriente ideológica derechista y antipopular, como la del blanquiazul.


Nadie en su sano juicio podía esperar que el PAN ganara la mayoría de curules o municipios en Chiapas o Oaxaca, donde su presencia es marginal y coyuntural. Sin embargo, los panistas no pueden negar que el calderonismo les ha salido especialmente caro y que su debacle electoral es patente y se deriva de la gran desilusión ocasionada por los gobiernos del albiazul.  



 

Versión Online

Columnistas

 
Haga cic aquí para ampliar la imagen

   

 
RSS Feeds
En tu Movil
Video
En tu E-Mail
 
   
Estadisticas

© Copyright, 2007 www.diariocambio.com.mx
Avenida 16 de Septiembre 4111, Col. Huexotitla, CP. 72240, Puebla, Pue. - México Tels.(+222)576-0975 / 576-0977
Abrir el índice