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Duelo de Espadas
Edmundo Dantés
La consigna: exterminar a AMLO y a la izquierda crítica
C
omo ocurrió con Carlos Salinas de
Gortari en 1988, nuevamente está
en el aire la consigna de exterminar
a la izquierda por el pecado de atreverse
a gobernar diferente a como
lo hace el PRIAN, principalmente en materia económica
y política. Desde el año pasado se advirtió en este
mismo espacio que la falta de legitimidad presidencial
haría recrudecer el autoritarismo y la represión, principalmente
contra la única corriente ideológica que
no se ha plegado totalmente al statu quo.
Y el coro de niños cantores calderonistas sigue la
línea al pie de la letra, la gran mayoría de los medios
nacionales coincide en el epitafio al PRD y, en especial,
a Andrés Manuel López Obrador, a quienes no
dan ni un sexenio de vida. Los (de) generadores de
opinión ya elaboraron su diagnóstico y es demoledor:
solamente tiene futuro político y electoral en el país
la izquierda cómoda, la legitimadora, la que acepta
fraudes comiciales a cambio de prebendas personales
o de corriente.
Si usted tuvo la desgracia de leer a una gran parte
de los columnistas nacionales, seguramente notó
que “casualmente” critican, enjuician, minimizan,
reclaman o, de plano, tratan de aniquilar a un mismo
blanco: al perredismo y a su dirigente moral, convertidos
hoy en los enemigos públicos número uno de la
prensa “decente”.
Ciro Gómez Leyva (Milenio) ironiza al reprochar
a los perredistas por qué no se deslindan de López
Obrador, le reclaman sus fallas en la campaña, lo culpan
de la derrota y lo linchan. Califica al ex candidato
presidencial como un “jefe sediento de adulación” y
se mofa de sus acusaciones de fraude electoral, sin
– desde luego – tomar en cuenta que el propio TRIFE
reconoció un sin número de anomalías en la contienda,
como la participación ilegal del CCE, de Vicente
Fox, de la iglesia católica, entre otros.
Carlos Marín (Milenio) también quiere quemar
en leña verde a López Obrador por el mismo motivo
y demanda que el PRD se deslinde de él. Incluso, reprocha
a los “lopistas” – como despectivamente los
califica el diario elbista Crónica – que se hayan atrevido
a acusar de traidores a los “chuchos”, los mismos
que acordaron reconocer a Calderón Hinojosa como
presidente en el 2008 y que no han ganado elección
externa alguna en su historia; es decir, a los frailistas
del perredismo nacional.
Templo Mayor, del Reforma - que más que diario
funciona como vocería y ajustador de cuentas del
PAN y el calderonismo- dedica la mitad de su espacio
a echar los santos oleos a los “lopezobradoristas” y a
denunciar en tono de burla el secuestro en que el “legitimo”
mantiene al sol azteca.
Bajo Reserva, la columna de los periodistas de El
Universal, se suma a los enterradores del dirigente
opositor (real, no ficticio, como los priístas o los mismos
gobernadores “perredistas”) más importante del
país al destacar que “torpedean línea de flotación de
López Obrador”.
Este diario - que junto con Reforma funge como
la punta de lanza mediática presidencial para denunciar
la “inacabable” corrupción de los sindicatos del
IMSS y Pemex, con la obvia intención de promover
la privatización de ambas- no perdió la oportunidad
de tratar de vincular al PRD con el EPR.
Tal vez obedeciendo un deseo personal que no
puede reconocer abiertamente, Jorge Fernández Menéndez
(Excélsior) - que ha hecho de su antilopezobradorismo
personal su mayor “divisa” periodística -
no solamente pronostica la muerte política de quien
ha asumido como su enemigo, sino de todo el perredismo
y la izquierda.
Pablo Hiriart y José Antonio Crespo (Excélsior)
se suman a la cargada antiobradorista-perredista.
El primero exige – como Ciro Gómez Leyva en otro
diario- que se juzgue y culpe al ex aspirante de la derrota,
exige a los diputados y senadores perredistas
que no solamente cobren su dieta, sino que también
reconozcan a Felipe Calderón como “presidente” e,
indirectamente, se congratula por el “triunfo” de los
“no radicales del perredismo”, los chuchos, que no
pueden esperar a que llegue enero para “negociar”
con Felipe Calderón.
José Antonio Crespo no deja lugar a dudas: el perredismo
ya reconoció que fue López Obrador – no el
IFE, no el CCE, no Vicente Fox, no televisa, ni TV Azteca,
no las jerarquías católica y empresarial; en suma,
no el fraude comicial visto por millones de mexicanos
y reconocido de manera indirecta por el Trife
– el culpable número uno de la “derrota” en el 2006,
eximiendo así a Calderón, al PAN y a las cúpulas que
controlan los recursos del país de las cochinadas que
hicieron durante la contienda.
Pepe Grillo, de Crónica, subrayó que el perredismo
está “herido de muerte” por su divisionismo
interno generado el jueves por López Obrador
al promover la “violencia”, según este diario que
expide todos los días un gran tufo antiizquierda y
que ya ubica al ex candidato presidencial afuera del
partido.
La guillotina está puesta, todo listo para el calderonismo
y sus cómplices: Jesús Ortega Martínez puede
jugar el papel del Regino Díaz Redondo contra el
lopezobradorismo y la izquierda crítica, ésa que no
legitima de oficio, como lo hace el PRI, sino que cuestiona,
propone y hasta gobierna diferente al PRIAN.
El sistema quiere una izquierda, cómoda, dócil,
“institucional”, como se justifican en el sector oficial
los abusos, anomalías y corruptelas. Sin los “radicales”,
el perredismo podrá entrar a la repartición del país,
para solapar y compartir los consuetudinarios abusos
de la clase política tradicional.
Estocada
¿Habrá alguien en el PRI tan ingenuo, como para
creer que en los comicios de noviembre Manuel Espino
Barrientos y el PAN se abstendrán de recurrir a
la guerra sucia, pese a que es la única “estrategia” que
les ha funcionado, ante los fracasos crónicos de sus
gobiernos federales y municipales?
De confirmarse la encuesta del BEAP que le da
blanquiazul solamente 3 puntos de ventaja sobre el
PRI, ¿alguien apostaría a que Antonio Sánchez Díaz
de Rivera mantendrá su palabra de no llevar a cabo
una de las acostumbradas guerras panistas de lodo,
para no pasar a la historia como el candidato que dilapidó
más de 10 puntos de ventaja?
Por lo pronto, ya los panistas alertaron que, una
vez que no pudieron encontrar nada irregular o reprochable
en la vida pública y privada de Blanca Alcalá
Ruiz, vigilarán con lupa su lista de candidatos a regidores,
para encontrar puntos vulnerables qué explotar
mediática y políticamente.
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