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Duelo de Espadas
Edmundo Dantés
Los yunquitos también lloran
Obviamente, la carta de Pablo Montiel Solana intentó ser aclaratoria, aunque resultó altamente confirmatoria por el silencio con que el representante Yunquista respondió a los señalamientos sobre su excesiva preferencia por colocar a sus parientes en posiciones importantes en el PAN aprovechando su cargo como secretario general.
Montiel Solana hizo mutis al cuestionamiento de por qué usó su sexenio como secretario general del PAN para imponer a su hermano José Carlos como candidato a consejero estatal en el 2002. Tampoco respondió por qué impuso a su papá, Carlos Montiel, como candidato suplente a la alcaldía de Puebla en el 2004.
Igualmente es significativo que el coordinador de los regidores panistas haya defendido su rol como funcionario público en el trienio 1996-1999 con generalidades, vaguedades, sin logros o reconocimientos concretos, porque esto demuestra que ni él se acuerda de haber hecho algo que valiera la pena recordar.
Lo cierto es que como supuesto dirigente del PAN él organizó los eventos partidistas en que sus parientes resultaron beneficiados con posiciones importantes. Esto se llama nepotismo y lo saben los propios panistas, quienes son los primeros en denunciarlo, como lo demuestra el hecho de que Pablo Montiel es uno de los funcionarios del partido a quienes el ex edil Luis Paredes Moctezuma denunció y venció ante el Tripofe por dañar sus derechos políticos, quitarle la posibilidad de buscar la candidatura a gobernador y expulsarlo del albiazul.
Así es: la amnesia selectiva de Pablo Montiel lo lleva a olvidar el juicio SUP-JDC-537-2007 que Paredes Moctezuma impuso en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contra Pablo Montiel y demás yunquistas que lo bloquearon en el 2004 y en el 2005 trataron de expulsarlo del blanquiazul.
El hoy pro hombre de la honestidad y del “buen gobierno” se olvida de que el Tripofe le dio la razón a Paredes Moctezuma en su querella contra los representantes yunquistas, entre los cuales, la máxima autoridad incluyó al propio Montiel Solana. Este resolutivo no solamente obligó al panismo a readmitir al ex edil en sus filas, sino que forzó al partido a enjuiciar a los dirigentes partidistas que cometieron triquiñuelas en su contra: Manuel Espino, Rafael Micalco, José Espino, Pablo Montiel, Pablo Rodríguez Regordosa.
También se olvida de que el 23 de febrero de 2007 se vio envuelto en un penoso altercado con un panista destacado, José María Iguíniz Cárdenas, quien relató lo siguiente: “Pablo vino a fotografiarme, levantó la lona, yo estaba tapado, para empezar ayer percibí que querían abrir las puertas y se fueron corriendo, no logré ver quiénes eran, mi llanta está desinflada- tengo aquí una bomba, una bomba que no estalla, la llanta ya las inflé y me metí aquí por seguridad”, insistió que después de que Pablo Montiel lo estuvo fotografiando, lo amenazó, golpeo la camioneta, lo retó a golpes, le dijo que tenía otra preferencia sexual.” (La Quintacolumna y Cambio).
Las agresiones de Montiel Solana contra Iguíniz Cárdenas se debieron a que el segundo estaba en huelga de hambre, para exigir que el Comité Municipal del PAN no operara la elección interna a favor de Sánchez Díaz de Rivera, como se estaba haciendo, ya que José María era seguidor de Ana Teresa Aranda y fue público para los panistas y la clase política que tanto el presidente como el secretario general del partido en el municipio tenían más que puesta la camisa del después candidato perdedor.
Pero los anateresistas fracasaron en su intento por lograr equidad en el proceso interno y poco tiempo después se supo por qué, ya que en cuanto dejó la secretaría general del PAN municipal, Montiel Solana se quitó la máscara y reconoció ser fan de Antonio Sánchez Díaz de Rivera, como él mismo lo dijo el 2 de mayo del 2007, cuando aseveró que “comenzará a trabajar, una vez que inicien las precampañas, en el equipo del aún aspirante a la candidatura para la presidencia municipal Antonio Sánchez Díaz de Rivera”. (Periódico Digital, Síntesis, entre otros).
En mayo del 2007, el hoy regidor acusó a Ana Teresa Aranda y Francisco Fraile de ser “polarizantes” y, como pago, Antonio Sánchez lo colocó segundo lugar en su fracasada planilla, lo que le garantizó 3 años más de beca política. Con esto, Montiel Solana sumará 12 años gozando del dinero público: 3 como funcionario de Gabriel Hinojosa, 6 años en la secretaría general del partido y otros tres en la regiduría, sin contar los casi 3 años que su papá Carlos Solana estuvo como colaborador de Paredes Moctezuma.
Estocadas
¿Quién es el dirigente partidista que hoy se da golpes de pecho y quiere profesar clases de moralidad y de buen gobierno, pero que como funcionario público cometió varias triquiñuelas en el pasado reciente y que, incluso, mezcló su vida privada con la pública al convertir una relación sentimental en moneda de cambio, para obtener el apoyo familiar que le permitió llegar al cargo que hoy ocupa?
Van algunas pistas: es un gran amigo del ex regidor golpeador de mujeres que ocasionó varios escándalos en el llamado “Cabildo del Amor”. Perdió una convención interna en el 2001, lo que le valió ser sacado de la planilla que a partir de febrero del 2002 mal gobernó la ciudad.
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