El estado de Puebla: una crisis política, social y económica
Siempre se ha dicho que dentro de la evolución social, política y económica de un estado existe la posibilidad de estar expuesto a la historia pendular, donde por más que se intenta buscar un equilibrio se viaja de un extremo a otro, esto normalmente se debe a que coexisten distintas corrientes políticas e ideológicas que buscan imponerse una sobre la otra. Sin embargo, existen ocasiones en que éstas se mezclan o se incluyen en una corriente, donde lo que dictamina el actuar de sus miembros es el interés particular sobre el poder, perdiendo la ideología que caracterizaba a cada uno de los grupos y que le permitía tener una identidad propia. En ese momento se rompe el equilibrio político y todo intento de abuso se materializa.
En el caso de Puebla se ha perdido esa identidad partidista o ideológica, pues algunos miembros del panismo se prestan para lisonjear al Gobierno estatal y lo hacen mediante arreglos económicos o de interés personal (no crea que buscando negociar la agenda legislativa o sacando los grandes acuerdos que el Cabildo necesita), nadie está en contra de las negociaciones políticas y mucho menos a favor de los agitadores sociales. Aunque existen coyunturas donde el consenso no tiene cabida porque no hay nada que consensuar, puesto que éste se construye con base al encuentro de sinergias donde otros sólo verían divergencias y sobre todo en busca del beneficio a la generalidad, nunca se convierte en el instrumento político para acaparar reflectores o rematar tu alma a tu otrora parte, no cuando se supone son ideologías irreconciliables en cuanto a su percepción sobre la manera de gobernar.
Por eso Puebla vive una crisis política producto de que la única disidencia actual del Gobierno se encuentra en el periódico que usted está leyendo, mientras que el espíritu combativo de una derecha opositora, que hoy es poderosa, se transmuta en el más cínico de los silencios, que otorga y consiente. Al mismo tiempo, vemos que entre priistas se intentan eliminarse, siempre utilizando como principal arma la intriga. En el estado la pluralidad se sustituyó con la mordaza de la censura, con la amenaza vilipendiosa del exterminio político, del cierre de los espacios. Convirtiendo a cualquier corriente política diferente, lejos de ser concebida como fuente de retroalimentación sobre el ejercicio del poder, como el más ruin de los crímenes que pueda cometerse en contra de un “todopoderoso”. Lo comento porque recientemente leía un ejemplar de Proceso de enero de 1994 y parece que hace 14 años se urgía a los políticos de los mismos cambios que hoy necesitamos, sin embargo, han existido avances en otros estados, no así en Puebla. Aquí los consensos se convierten en un teatro donde un regidor de oposición sale a hacerle la chamba sucia a Zavala (o a Juan de Dios Bravo, el autor directo es lo de menos) lo peor de todo es que para matarse políticamente entre correligionarios. No, en otros estados las exigencias de la oposición son propositivas no juicios, condenas y sanciones inspiradas por las enemistades de sus “SUPUESTOS ENEMIGOS POLÍTICOS”, sino verdaderos juicios de valor inspirados por la indignación de los abusos del partido gobernante. En nuestro estado se han perdido los equilibrios, porque la derecha no supo entender su papel y no ha asumido su reto como oposición, pero además porque como lo decían algunos connotados amigos panistas del norte: “El problema de Puebla es que los panistas no son de sepa, no tienen identidad partidista, además todos sabemos que los perros son más leales que los panistas poblanos, en Puebla la oposición es entre ellos…”. Así de enterrada está la imagen del panismo en Puebla (claro no menos penosa que la de los priistas) con sus evidentes excepciones rescatables, se ha vuelto una derecha coja sin elementos de peso que denuncien, que se inconformen, en fin, sin elementos que verdaderamente legitimen su aspiración a derrocar lo que hoy consienten con sus supuestos consensos.
Si a esto sumamos la crisis económica que envuelve al estado, donde el campo está sumido en el total abandono, donde el encargado de detonar el desarrollo social en Puebla usa su presupuesto para su campaña política y no para transformar la realidad social, donde el ayuntamiento de Puebla aprueba 2 millones de pesos para concientizar sobre una “Puebla Limpia” cuando podrían duplicarle el sueldo a las naranjitas o contratar el doble de personal para limpiar la ciudad, donde sólo se hace obra donde sobra como es el caso de OHL (pagando lo impensable por trasladarse cuando a todas luces sabemos es un macro diezmo marinista). Salta a la vista estimado lector que en Puebla tiene más de una década donde no se construye ningún proyecto de largo plazo, de alto alcance, “algo” que permita tener al Estado un crecimiento sostenido y equiparado al resto de la República, que detone el desarrollo social o que impulse el comercial. No, en Puebla los negocios se hacen entre unos cuantos, los proyectos son hechos para beneficio personal, las obras se realizan para llevarse una lana, los movimientos sociales son teatros de acarreados para fortalecer a tal o cual, las posturas políticas no existen; mientras las corrientes ideológicas están guardadas en alguna conciencia atrofiada. Lo que preocupa es, ¿en qué momento esto permeará a una crisis social? ¿Qué tanto puede llegar a soportar el conglomerado poblano 12 años de retraso? ¿Cuánto tiempo creerá Marín lo que sus allegados le dicen y que él sabe es mentira, donde además sabe qué es lo que lo está hundiendo? ¿Cuánto tiempo la derecha tardará en darse cuenta que su fracaso es el fiel reflejo de su falta de unidad y su falta de oposición real?
Tal vez mientras ellos intentan dilucidar lo que son respuestas evidentes, Puebla seguirá sumido en la crisis. Lo trascendente es la pregunta final, la que usted, yo, en fin los gobernados nos hacemos: ¿Hasta cuando estamos dispuestos a aguantar?
Estocada
Como para dejarlo con un buen sabor de boca:
¿Quién es el político que hoy dejó San Lázaro y la presidencia de la Comisión de Hacienda en el Congreso para ir a hacerla del doble de “Julio Regalado” en los comerciales de la Comercial Mexicana? Cheque los comerciales y sabrá de quien le hablo.