Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

04/03/2011

 

¿Y qué está haciendo Lalo Rivera?


Rafael Moreno Valle ya puso la primera piedra del CRIT en los tenebrosos terrenos del Parque Metropolitano junto con el mandamás de la Fundación Teletón Fernando Landeros, que nunca será lo mismo dígase lo que se diga que lo hubiese hecho con Emilio Azcárraga o Bernardo Gómez, ¿me explico? ¿Y Eduardo Rivera Pérez?


¿Alguien sabe algo del otrora Patrullero 777, hoy alcalde? O como dijeran algunos monteristas redimidos: “El doctor”, “El licenciado”. La muestra la puso el gobernador, tal y como debía de ser en estos primeros 30 días de mandato, ¡allí está el CRIT señores! ¡Cero y llevo una!, gritará emocionado Moreno Valle para sus adentros.


Cien días y un CRIT, el corte de caja no es malo, digamos que todo suma y que cuando el centenar de días lo alcance tendrá algo grande que presumir. Nunca será lo mismo llegar a casa con dos kilos de tortilla y dos alitas de pollo que con un venado sobre el hombro y el bolsillo rebosante de lana para al día siguiente degustarse un caviarcito.


Moreno Valle arribará a la fecha prometida con el venado sobre el hombro en un tiempo record de 30 días siendo que su antecesor, válgase la comparación usted dispense, no lo pudo hacer en seis años. Mario Marín hizo en seis años, otras cosas.


Pero, ¿y Rivera Pérez? Porque salvo las quejas que ya comenzaron a surgir contra la anterior administración por haberles dejado desgarriate y medio en los archivos y expedientes de compras y gastos todavía no se ve nada. Ni una piedrita colocada en una vialidad ficticia. Ni un listón por cortar donde habrá un puente peatonal. Ni una lancha donde construirán un lago artificial de aguas azul turquesa. Nada. Nada de nada.


Recargarse en el pretexto de que le dejaron una administración hecha polvo nunca será argumento de peso para quitarse de encima la responsabilidad de gobernar la cuarta ciudad más importante de la República, misma que tendría que tener un alcalde que en lugar de quejarse de manera directa o a través de sus subalternos se ponga a trabajar y a dar resultados. Quejarse es fácil, trabajar no.


Lo único que recuerdo de estos primeros 30 días de gobierno municipal es una fotografía de Eduardo Rivera enfundado en ropa deportiva viéndole las nalgas a una instructora de zumba que sin conocerla merece todo mi respeto. Bueno, argumentará “El doctor”, por algo se empieza… Y el argumento es válido.

 



 
 

 

 
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