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Por las entrañas del poder
Jesús Ramos
05/09/2011
Cosa de villanos
Mientras los partidos políticos y las organizaciones secretas (PRI, PAN, PRD, Panal, yunquistas y antiyunquistas), incluyendo al gobernador Rafael Moreno Valle, soplan cornetas, echan porras y avientan serpentinas al aire, más a las elecciones de 2012 que al mes patrio, Mario Marín orquesta en la tierra de Hades uno más de sus oscuros planes para conquistar al mundo.
Habla poblano, mientras yo te gano, dice el viejo y conocido refrán, en apología a aquel que aprovechando el distractor del lenguaje saca ventaja de alguna situación o circunstancia. Y la política, no es la excepción, de hecho tal vez sea la actividad donde el verbo elucubrar encuentre el terreno más fértil.
Quienes conocen verdaderamente a Marín, dan cuenta de su hiperactividad. No es un hombre pasivo ni ermitaño ni monje de monasterio, no. Hoy mismo, habría iniciado cabildeo con partidos políticos como el Verde y del Trabajo para convenir candidaturas a diputados federales que podrían ser ocupadas por incondicionales suyos rechazados a futuro por el PRI.
Valentín Menéses sería uno, pero hay otros, incluyendo expresidentes municipales y exdiputados. Su idea, con más tinte de amenaza que otra cosa, ingenia fragmentar al PRI en los comicios venideros para romper cualquier convenio que pudiera tener Moreno Valle con Enrique Peña Nieto, inclinando la balanza en forma deliberada hacia Andrés Manuel López Obrador.
Obligar al mexiquense a negociar con él, además del gobernador en turno, es un patrón de conducta ya conocido de Marín. Le gusta la presión y los madrazos, andar al filo de la navaja, navegar por aguas turbulentas. Digamos que también es una forma de demostrar a Moreno Valle que políticamente no es el único líder del estado. Ni el primer político.
Sin embargo, y con embargo dijera Mario Benedetti, su idea tiene un riesgo muy alto; supongamos que apuesta por la fragmentación del PRI en Puebla, pero aún así, Peña Nieto gana la presidencia con el voto de los otros estados de la república. ¿Qué pasaría? ¿Su afrenta y traición sería olvidada? No lo creo. Si por Elba Esther no está en la cárcel, me parece que por el mexiquense si lo estaría.
Por otro lado, bien que mal, Moreno Valle ha honrado su acuerdo, no lo ha cazado ni se ven visos que lo haga pese a las presiones, tampoco lo ha denostado ni despotricado en su contra; no por el momento. Pero, ¿qué pasaría, si fastidiado por la insolencia decide aclarar quién es el primer político del estado? Con franqueza, no creo que Marín le aguante una embestida, ya se vio que no es un toro, es un búfalo.
Se sabe que en política la ética y moral son chistes malos; Marín fue presidente municipal de Puebla y gobernador del estado gracias al PRI; igual que a Carlos Salinas su partido no lo expulsó en los momentos más trágicos de su trayectoria política, por eso mismo podría pensarse que fragmentar al PRI desde sus entrañas nomás por no obtener un beneficio particular, no es cosa de políticos sino de villanos.
Don Manuel Bartlett tiene la propuesta de ser candidato a senador de la república, pero no por el PRD como se dijo, tampoco por el PRI. Su amistad es tan grande con Andrés Manuel López Obrador como su distanciamiento y odio hacia Moreno Valle.
Autoría intelectual
No lo pueden ver así porque abusan. En la inauguración del Hospital de Izúcar de Matamoros volvieron a confundir al diputado del PAN Inés Saturnino con los albañiles que pegaron los tabiques; no lo dejaban hacer el recorrido con el gobernador hasta que un piadoso salió en su auxilio: ¡Si es diputado, déjenlo pasar! Y pasó. Se fueron con la finta porque llevaba la camisa abierta y enseñaba el ombligo; desconocen, que es parte de la mística del político de Tecamachalco, además de tepachero y tlacoyero. (Sigo firme en la defensa del paisano caído, qué no).
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