Por las entrañas del poder
Jesús Ramos
10/06/2011
¿Por qué no atreverse a liberar el pensamiento crítico del periodista?
En Puebla hace falta una prensa más libre que cite tantos los aciertos como los errores de políticos y funcionarios sin reparar en niveles. Así, sin maquillaje, sin recomendaciones de ocho columnas como tampoco de obuses a aquellos infelices que inflaman hígados en proceso de descomposición; aquí, es donde está el debate, no en la relación del Ejecutivo con los periodistas.
Cambiaron al director de comunicación social y. Llegó uno nuevo y. Si hace bien o mal las cosas qué demonios nos mortifica. No es a la prensa a quién debe rendir cuentas el nuevo sujeto, debe hacerlo con su jefe y sanseacabó. Que hablen sus resultados de imagen institucional en proporción buena, regular o mediocre, según su capacidad.
Como cualquier profesional ojalá y tenga éxito. A nadie se le desea un mal. Nada más, pero tampoco nada menos. Si vino en calidad de negociador que sus negocios sean buenos. Si vino en calidad de turista que conozca los sitios de interés de Puebla y se tome muchas fotografías. Si vino a hacer amigos que los multiplique. Si vino a trabajar que trabaje. Y si vino a propiciar una buena imagen de Puebla que sea la que el estado merece.
Norberto Tapia se fue y Sergio Ramírez llegó, pero recordemos una cosa amigos periodistas: Rafael Moreno Valle seguirá aquí, y nada que no valide el gobernador será accionado por el nuevo titular de comunicación social. ¿O sí?
Insisto, hace falta una prensa más libre que cite puntualmente la desorientación de Eduardo Rivera Pérez para gobernar la ciudad de Puebla, una prensa que reconvenga a Moreno Valle en un reemplacamiento de vehículos que si bien dinamiza los colores de la coalición que lo trepó al gobierno también lastima la economía de las familias.
Una prensa que con verdades enoje y ponga de mal humor a políticos y funcionarios, ¡qué chingaos!, pero que a cambio despierte la conciencia de las personas y alimente su pensamiento crítico. Una, que encuere las miserias de los funcionarios corruptos y abusivos y los enjuagues de los políticos gandallas.
Repito, hace falta una prensa que dé cuenta del padrotismo político de Lauro Sánchez pillándose ideas brillantes de gente brillante, así como de la genuflexión del Legislativo con el Ejecutivo, pero también que ayude al gobernador a tener un mejor desempeño señalándole dónde y por qué incurre en errores y excesos de poder administrativo y político.
Hace falta una prensa que trate con respeto y gentileza a los gobernantes, no con sumisión. Una que critique, analice e informe. Que asuma la responsabilidad de proyectar escenarios. Una prensa profesional que gane respeto. Una que no albergue sentimientos de venganza sino de convicción. Una que se equivoque por su condición humana.
Los derechos de los concesionarios de medios deben salvaguardarse, pero los de los periodistas liberarse. Quienes ejercemos este oficio, lo hacemos con conocimiento de causa, incluso desde antes de que estuviéramos en las aulas, por eso no se vale que traten de engañar con falsedades de salvaguardar la integridad de los reporteros para salvaguardar intereses propios. O aplaudir que Puebla no es Nuevo León ni Tamaulipas. Eso no. Así no.
El internet rebasó ya a la radio y la televisión, es pues, un campo fértil para diseminar las ideas de manera gratuita y efectiva, por qué no atreverse a liberar el pensamiento crítico de los periodistas frente a los gobiernos, por qué no creer que si el concesionario hace negocios y el periodista periodismo a mediano plazo ambos obtendrán abundantes ganancias tanto económicas como de reconocimiento. Pa’ allá vamos, no nos quedemos rezagados. Ejemplos nacionales los hay: El Universal, Milenio, Radio Fórmula, Reforma, La Jornada, etc., etc., etc.
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