Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

13/04/2011

 

El hombre y su circunstancia, por qué Moreno Valle apoyará a Peña Nieto


El año entrante Rafael Moreno Valle tendrá que jugar la elección presidencial con Enrique Peña Nieto, no porque él así lo haya planeado o porque su corazón lo impulse, sino porque tal y como lo dijo Ortega y Gasset: “Es el hombre y su circunstancia”, y la circunstancia se sigue acomodando de tal suerte que si hoy fueran las elecciones no tendría otra opción que apoyar al gobernador del Estado de México.


Una variante que debe considerarse en primer plano antes de pasar a los detalles, es la relación más que desgastada, colapsada, del presidente Felipe Calderón con Elba Esther Gordillo a propósito de dos razones: La manera abierta como La maestra afianzó el timón del PRI nacional vía Humberto Moreira y la toma de nota recientemente autorizada por el gobierno calderonista para el surgimiento de un nuevo sindicato magisterial que hará contrapeso al SNTE.


La circunstancia obliga en cierta forma a Moreno Valle a respaldar las aspiraciones de Peña Nieto y el PRI sencillamente porque no puede ni debe hacerlo por Andrés Manuel López Obrador, enemigo tenaz de La maestra y, además, porque quién fuese el candidato del PAN: Santiago Creel, Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero o Javier Lozano –amigo suyo-, partiría de una posición bastante rezagada en la competencia presidencial. Y Elba Esther, como se sabe, la juega siempre con el puntero y con quien mejor le acomoden las cosas. No perder de vista a Televisa, Azteca y las fuerzas salinistas ocultas.


De acuerdo al mapa de influencia de La maestra, de los 12 estados que renovaron gobernador, solo en Sinaloa y Tlaxcala no pudo colocar piezas suyas en los esquemas de gobierno, en el resto, incluyendo evidentemente Puebla, Veracruz, Oaxaca, Quintana Roo, Aguascalientes, Zacatecas e Hidalgo, solo por citar, logró posicionarse de las secretarías de Educación Pública u otras áreas relevantes.


El Estado de México y Nayarit, entidades donde PRI y Panal formalizaron alianzas electorales, son premonición de lo que ocurrirá en 2012. Y Moreno Valle lo sabe. No sé si para beneplácito o desagrado, pero por supuesto que entiende que si La maestra sigue tejiendo al interior del PRI e incrustando gente suya en gobiernos estatales priistas donde ni siquiera el Panal hizo alianzas con el tricolor como fue en Oaxaca y Veracruz, véase a Irma Piñeyro y Tomás Ruiz, es porque trae serias complicidades con el priismo y Peña Nieto.


No es difícil entender que llegará el día, allá en 2012, en que el PAN y Felipe Calderón, con respecto al hoy gobernador de Puebla, tomen rutas distintas en el juego de la sucesión presidencial; pero será, ni duda, porque la circunstancia de uno no será la del otro. Considerar siquiera que Moreno Valle estaría en un dilema sería absurdo. No puede jugársela con un presidente que ya se va, cuando Peña Nieto viene, y algo más, sabedor que su mentora política se quedará, sabe Dios cuántas vidas, para pedirle lo más valioso de un hombre en la política: ¡Lealtad!, misma que ni tonto vacilaría.


Ya para terminar. Calderón, el PAN y Moreno Valle es muy probable que dinamiten su relación, pasadito de un año –y corriendo-, cuando el primero le pida la cabeza de Mario Marín y el tercero, por instrucción de Elba Esther, se la niegue, no por compasión a Marín sino por no perjudicar a Peña Nieto. Al tiempo. 

 



 
 

 

 
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