Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

23/03/2012

 

Ganas de que empiece la campaña


Es de suponerse que las ganas de los candidatos a diputados federales y senadores porque arranque la campaña deben ser grandes. No sé, como las ganas de un jugador porque empiece la temporada, o como las ganas de un boxeador porque inicie su pelea, o como las ganas de un deportista de banca porque lo metan a jugar, o como las ganas de un torero por pisar el ruedo.


En autobuses, portadas de revistas, taxis,periódicos, espectaculares, paraderos, entrevistas radiofónicas y televisivas, y en un montón de cosas, se ven los candidatos en ciernes (de todos los partidos) queriendo sacarle kilómetros o, cuando menos, cuadras de ventaja a sus adversarios partidistas.


Mexicanos al fin, gandallas y ventajosos, vemos a un Néstor Gordillo, a una Blanca Jiménez, a un Manuel Bartlett y a un Julio Lorenzini, ganosos por iniciar campaña; los vemos, como a los autos en los arrancones, patinando los neumáticos y echando humo, pero con el freno puesto; los vemos, como los caballos en el partidero, echando espuma por el hocico, parándose de patas, furibundos y nerviosos, pero con las puertas cerradas.


Son esas las ganas manifiestas de los que serán candidatos a puestos de elección popular. Sienten comezón en los pies, en la lengua, en las piernas y en los brazos. Quieren asolearse ya, comer a deshoras, desvelarse, mentar madres a su equipo, sentir lo que es un chorrillo en campaña, ensuciarse los zapatos, ponerse afónicos, quemarse la piel, ser huéspedes de las bacterias del elector. En fin.


En Puebla capital las cosas son así. Y en el interior del estado, no deben ser distintas. Faltan unos cuantos días para que inicie formalmente la campaña 2012. Unos cuantos, para que a los ganosos se les quiten las cosquillas y rueguen a Dios porque la pesadilla comicial termine antes del primero de julio.


Y es que las campañas son así, como el deporte, como las apuestas, como la noche de bodas, de inicio son bien sácale punta, las ganas los consumen y pareciera que tienen al demonio dentro; pero después de eso, lo que quieren es tocar base, pedir paz, un tiempo fuera, echarse sus ostiones.

 

El pronóstico del tiempo indica que el calor de la primavera será sofocante, el sol caerá a plomo y las enfermedades diarreicas estarán a la orden del día; ya se verá quiénes tienen mejor fondo físico. Y a rajarse, a rajarse a su tierra.

 



 
 

 

 
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