Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

23/04/2012

 

Pregúntele al taxista y al bolero


¿Quién va arriba y quién abajo? Es pregunta frecuente en la clase política. ¿Cómo ves la cosa? Es otra interrogante que no falta en las charlas de banqueta y de café como si “la cosa” fuera una despampanante estrella del espectáculo. Sin embargo (y con él) son pocos los que ven un panorama distinto a aquel que perfila a Enrique Peña Nieto como presidente de la república pese a la tunda que le están metiendo el PAN y el gobierno calderonista.


Elecciones constitucionales hay varias. Las hay para presidente, senadores, diputados y en algunos estados para gobernadores. Pero pareciera que a la gente le interesa sólo una, la de peña Nieto, Josefina y El Peje; ninguna otra.


Por curiosidad pida al taxista, al bolero, al mesero, al de la tiendita o al que se le ocurra su opinión sobre los candidatos sin decirle para qué cargo. Y no se asombre si de Néstor Gordillo, Pablo Fernández, Blanca Alcalá, Javier Lozano, Enrique Guevara y Enrique Doger no saben ni para qué compiten y en el peor de los casos ni quiénes son. Su atención está centrada en la lucha por la presidencia.


En el caso específico de Puebla, ésta campaña es diferente a otras, y no porque tengamos por primera vez un gobernador distinto al PRI. No, sino porque desde el inicio no tuvo la candidez ni la emoción ni el entusiasmo de otras elecciones federales. Recordemos la campaña de Melquiades Morales y Rafael Moreno Valle luchando a tope y emocionando a la gente.


Las campañas del interior del estado no son distintas a las de la ciudad de Puebla. Se ve en general un PAN y un Nueva Alianza demostrando derroche de dinero en sus excesos publicitarios frente a un PRI y una izquierda carentes de recursos. En suma una competencia desigual con tintes de conformismo tanto de los candidatos que de oídas se saben ganadores como de aquellos que se sienten perdedores.


Sin embargo pese a ese derroche o a esa carencia de recursos financieros y a la influencia que sobre los comicios pudiera ejercer nuestro actual gobernante, la premisa es la misma. Se repite. Y vuelve a repetirse. La gente está pendiente de lo que pasa entre Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador valiéndole muy poco quién de los candidatos distritales y senatoriales va arriba en las preferencias del voto.

 

¿Qué se concluye de esto? Bueno, tal vez que en la jornada comicial del primero de julio el destino de los candidatos dependa más de sus respectivos abanderados presidenciales que de lo que se rumore de ellos a propósito de triunfos y derrotas.

 



 
 

 

 
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