Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

25/01/2012

 

Misión Imposible: ¿Cómo quedar bien con medio mundo?


La misión que tiene por delante el Panal de Puebla es como uno de esos filmes que estelariza Tom Cruise en calidad de espía encubierto: protocolo Fantasma. Si su dirigente Gerardo Islas decide aceptarla, deberá buscar y encontrar –hasta por debajo de las piedras– candidatos en los 16 distritos electorales y construir la fórmula al Senado antes de que se cumpla la profecía maya y el mundo se extinga.


Quién haya tenido la culpa de la ruptura PRI-Panal no importa. No en este momento. Tampoco las menciones de despecho femenil. Lo que realmente importa es localizar a los mejores prospectos masculinos y femeninos para que a Elba Esther Gordillo y al gobernador les sea posible intentar hacer ganar a uno o dos de ellos, cuando menos.


Comprometerse a llevar al triunfo senatorial a Guillermo Aréchiga a punta de votos sería una locura. Y Rafael Moreno Valle lo sabe. Es más viable que Zaragoza se baje del caballo a que lo logre; pero sí, podría intentarlo en algunos de los distritos que conforman la geografía poblana con las opciones a diputados.


¿Puede el gobernador hacer la hombrada con el partido de La maestra? Supongo que sí. Sobre todo en aquellos distritos, como Ajalpan y Zacapoaxtla, donde creen tener fuerte presencia social y militante; en la ciudad capital se ve difícil; y más, ahora, que la premura y circunstancia partidaria se han convertido en sus peores enemigos.


Si, como dicen, la aritmética fue el argumento que forzó al PRI a hacerle el fuchi a Elba Esther Gordillo, la situación de Nueva Alianza se complica otro poquito. Los números son los números y si estos arrojaron que ni los maestros la quieren a ella y al partido, no habría que confiar mucho en que votarán por los candidatos panalistas en las elecciones de este año.


La misión del Panal, de Gerardo Islas, de Aréchiga y del gobernador será titánica. De héroes pues. Tienen de su lado al aparato gubernamental y se sabe; pero aún así, no será nada fácil convencer al electorado de ser opción legislativa. Las cosas cuando se hacen rápido no se hacen bien y sin más alternativa tendrán que seleccionar con celeridad a sus representantes partiendo de los menos peor a lo regular.


Hoy que tan de moda está cachar dolientes de otros partidos, bien le vendría al joven Gerardo Islas irse a los jardines de la política local a ver qué le cae. Y se vale. Por allá se va encontrar a los de izquierda haciendo lo mismo; Dios no lo quiera y termine a guantazo limpio con los buscadores de talento del PT, PRD o de Movimiento Ciudadano, y todo por llevarse a un marinista.

 

La vergüenza del Panal en Puebla, después del cortón que le propinó el PRI, obliga al gobernador a aceptar su propia misión imposible y atar tres cabos que por nada del mundo debe dejar sueltos. Uno, sostener su relación con el PAN y con Felipe Calderón. Dos, no renunciar a su complicidad con el priismo local. Y tres, contribuir con el porcentaje de votos que debe recoger (aquí) el partido de La maestra para que no pierda el registro. Todo esto, antes de que sea demasiado tarde.

 



 
 

 

 
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