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Por las entrañas del poder
Jesús Ramos
25/08/2010
La Gordillo siente que la Virgen le habla y la muerte la cachondea
No sé por qué, pero de poco a la fecha en Puebla se sabe todo de la profesora Elba Esther Gordillo, desde dónde está, cuándo viene, con quién se reúne, cómo piensa, cuál es su ánimo, cómo recibe a los invitados en su mansión de San Diego California e incluso su estado de salud del que hoy hablaremos y que, por supuesto, no deja de preocuparnos.
La duda oprime hasta forzarnos a preguntar, ¿por qué, de un tiempo a la fecha, fluye tanta información de Elba Esther en nuestro terruño?, ¿cuál es el motivo? ¿Habría pues que hacer un ejercicio demoscópico para comprender la razón o simple y llanamente atrevernos a atinarle a ojo de buen cubero?
Por eso, no por otra cosa, me pregunto: ¿Será qué la tengamos tan cerca los próximos seis años como se dice? Para fortuna, claro. Habría qué ver, dijo un ciego. Y tocar, le respondió un manco. Lo cierto es que nos hace sentir a los poblanos como si La Gordillo ya fuese parte de nuestro patrimonio histórico y sus hermanos Los Fuentes, La casa de los Hermanos Serdán, La catedral, La capilla del Rosario, Los chiles en nogada y El rompope.
Todavía más allá, más íntimo que se entiende, nos hace sentir que es como las cervezas Corona: Nuestra. O como Maseca: De esta tierra. Y que nada falta para considerarla parienta, paisana o poblana, aunque su cuna se la haya mecido el rey Pakal en el sureño estado de Chiapas. Y si Bartlett y Piña Olaya fueron adoptados, qué más da una raya más al tigre.
Hace pocos días, el periodista Valentín Varillas dio detalles, cual si hubiese estado ahí, de la reunión que sostuvo La maestra en su domicilio de California, primero y de buenas, con el gobernador electo Rafael Moreno Valle y, después y de malas, con Mario Marín Torres para perfumar y aterciopelar los misteriosos trámites de la transición sexenal.
Antes de él, el magnífico columnista Ricardo Morales proporcionó argumentos, pelos y razones de las cualidades que debería tener el futuro titular de la Secretaría de Educación Pública para servirle a La Gordillo una vez que Mario Marín se vaya, y lejos, de este su gobierno.
Y para solidarizarnos con Varillas y Morales, hoy, nuestras fuentes, dicen preocupadas, que Elba Esther se encuentra delicada de salud, y que aunque estuvo en la ceremonia inicial del ciclo escolar 2010-2011, allá en Guerrero con Felipe Calderón, La Gordillo siente que la Virgen le habla y la muerte la cachondea cada vez que los dolores del maldito cáncer le soplan su techumbre, dolencias que desde hace cosa de un mes son más insistentes y recurrentes.
Vaya usted a saber, feliz o encabronado, si La Gordillo nos siga durando una eternidad como aquellas viejas maldiciones mayas o egipcias tan recurrentes en las películas de terror. O si en cualquier momento, nos dé la sorpresa, estire la pata y entregue todito el equipo sin decir agua va.
Confiemos pues en que Elba Esther como la yerba mala, es difícil de aniquilar. O como los ojos de pescado, complicados de quitar.
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Los perripanistas Arturo Loyola y René Meza Cabrera dan por sentado que uno de los dos será el futuro titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en la era morenovallista y que su reino no tendrá fin. Y eso mismo, ha desatado una especie de duelo de rumores donde el primero no pierde la ocasión para etiquetar al segundo de corrupto, en tanto que el segundo –después de comulgar- hace lo mismo vinculando a Loyola al Señor de las ligas, René Bejarano.
La coincidencia es coincidencia, René Bejarano y René Meza, son distintos. Si acaso el nombre. O al menos eso jura el segundo. Bueno, uno usa ligas, pero el otro prefiere la maleta. Aquí el peligro estriba en que si la bronca se emperra pues, tanto Loyola como Meza corren el riesgo de quedar fuera de la puja por la SCT.
¿Qué tendrá la SCT para que hasta El señor de las ligas se relama los bigotes? Su ubicación, claro. Y su noble labor, obvio.
Autoría intelectual
****Alejandro López Bravo, Miguel Tamayo Gutiérrez y Horacio Gaspar Lima son los nombres considerados para el relevo de Miguel Ángel de la Rosa en la dirigencia estatal del PRD, aunque los más probables y posibles son el primero y el último. **El senador Melquiades Morales me hizo saber, desde Acapulco, que él no ha metido ninguna presión al proceso de renovación del PRI. Y como dice un amigo, ni lo volvería ha hacer.
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