Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

27/07/2011

 

El burro y la zanahoria, cada quién pá lo que sirve


Y a propósito de la Reforma Política, ¿qué gana el PRI con aprobar la iniciativa gubernamental? Nada. Tampoco gana el PAN ni el PRD; aquí, el único ganón fue Rafael Moreno Valle. A los priistas les aplicaron aquella conocida metáfora del Burro y la Zanahoria –no confundirla con fábula-, donde se engaña al jumento poniéndole un vegetal en un palo pa´ que jale la carreta.  


Fue una jugada brillante la redistritación, ¡sin duda!, pero entiéndase que fue solo eso, una zanahoria, un artilugio pues, para embrutecer a la fracción de legisladores priistas con el propósito de que aprobaran lo sustancial: la figura jurídica del minigobernador de 22 meses y los alcaldes de 4 años y medio.


Es de suponerse que la autoría intelectual del engaño debió correr por cuenta de las dos inteligencias magistrales que mueven el aparato gubernamental poblano: Fernando Manzanilla y/o Moreno Valle, y honor a quién honor merece, volvieron a demostrar como ya lo han hecho antes talento y capacidad.


Se puede estar o no en desacuerdo con su peculiar forma de gobernar, eso es otra cosa, pero también se debe reconocer que hasta hoy esa dupla ha jugado y hecho lo que ha querido con los partidos políticos, como en esta ocasión, dejándolos con las manos vacías y, además, felices y contentos tal cual niños de Kindergarten.


Juan Carlos Lastiri, líder estatal del PRI, José Luis Márquez, coordinador de los legisladores priistas del Congreso Local o el priista que desde la tribuna o fuera de ella intente justificar el voto favorable a la Reforma podrá oficiar misa, pero nunca argumentará lo que ganaron, por ser una trivialidad evidente: No obtuvieron en absoluto ninguna canonjía. ¡Ninguna! ¿O sí? ¿Cuál?


Que se queden los distritos como están y que los plebiscito de las juntas auxiliares se sigan celebrando entre marzo y abril de cada tres años, digamos que no engruesa las alforjas de ningún instituto político, porque así ha sido; otra cosa sería, si alguna novedosa propuesta de cualquiera de ellos, PAN, PRD, PT, Convergencia, Verde y particularmente del PRI, la hubiesen incrustado en la Reforma a cambio de darle su voto al gobernador, es decir, tú me das, yo te doy, o como lo sugiere el lenguaje técnico de la negociación: Ganar-Ganar, pero en el caso del priismo fue: Perder-Perder.


El rol de jumento con que actuará la fracción de diputados priistas para aprobar –o jalar la carreta de- la Reforma Política de Moreno Valle la hubiese escrito de manera magistral Fernández de Lizardi si no hubiera muerto hace casi 200 años, con la moraleja de que no solo es timar a la gente por timarla sino, además, dejarla contenta como ocurrió con el PRI. Dijera mi suegra, Cada quién pa´ lo que sirve.

 

Autoría intelectual

 

Estoy en desacuerdo con mi colega Selene Ríos, Inés Saturnino, mi paisano –y a mucha honra-, en efecto, carece de percha de diputado por su aspecto canibalesco, pero es todo un folclor… ¡y es nuestro!, como dice El canal de las estrellas. A la entrada de su tierra natal San Mateo Tlaixpan se mandó a inscribir un busto con la leyenda: Inés Saturnino, Benemérito de San Mateo. Y por supuesto que lo merece, aunque se llame Saturnino, como el Dios romano de la agricultura rudimentaria. Que conste, seguiré defendiéndolo, ¡y con todo!

 



 
 

 

 
Todos los Columnistas