Por las entrañas del poder
Jesús Ramos
29/09/2010
Dupla Melquiades-Paredes Rangel impulsa a Jiménez Merino
Los transportistas todavía no le decían mi vida a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y ésta, con sus tacones ligeros, ya les había aflojado el cuerpo ofreciendo un peso de incremento a la tarifa sin siquiera meditarlo, lo que hace pensar, si no es que suponer, que antes del paro de rutas colectivas, uno y otro, bien pudieron tener amoríos en la clandestinidad de un hotel de paso.
En circunstancias sindicales de aumento a sueldos, familiar cercano del alza al transporte público, la parte patronal y gremial tienen un plazo no menor de 60 días para revisar el contrato colectivo de la empresa y de 30 para negociar el incremento salarial, apegándose por supuesto a la Ley Federal del Trabajo.
Se trata pues, de todo un rito ceremonioso donde ambas partes se cortejan, se mientan la madre, se abrazan, se reconcilian y después de un sin número de situaciones tensas, con emplazamientos a huelga y amenazas, patrón y empleado, rubrican su relación amorosa enredados en la misma cama y en las mismas sábanas.
El caso de la SCT y de los concesionarios fue distinto. Digamos que ya habían tenido un acostón previo. O así lo hacen pensar. Pues dos días antes del paro de rutas colectivas, se supo que la dependencia había ofrecido un peso de incremento a la tarifa sin solicitar y menos exigir ser cortejada por la bola de rufianes que han hecho del transporte poblano el peor de su tipo en el país, tanto en servicio, seguridad y costo como en higiene y educación cívica de los operadores.
La SCT podrá decir misa y justificar sus trémulas carnes, sin embargo, fue evidente que no opuso resistencia a mantener el precio del transporte en los 5 pesos que, dicho de paso, estaba más que bien pagado si tomamos de referencia a ciudades como Veracruz que por ser cara su tarifa es de 4 pesos, Monterrey 5, Guadalajara 4 y qué decir del DF donde las peceras cobran un peso por los primeros 5 kilómetros y 50 centavos por la suma de cada 5 kilómetros.
El argumento de que los 5 pesos no sostienen el negocio del transporte público es una vil mentira. Si eso fuera, los concesionarios poblanos ya hubiesen quebrado desde hace años y qué decir de los de Veracruz, Monterrey, Guadalajara y el DF. Los automovilistas extrañarían las embestidas, agandalles y mentadas de madre de los gorilas que conducen las combis y microbuses y los pasajeros los velorios de sus muertos.
Es inevitable enjuiciar a una SCT que soltó prenda –un peso- sin ofrecer resistencia, sin asumir una actitud estoica y valiente y sin encarar a la turba de gañanes, también llamados concesionarios. El aumento es a todas luces inmerecido, comparando calidad y precio. Lo que hace suponer que el merequetengue del paro de transporte quedará en 6.50 pesos por los amoríos a oscuras que se traen dependencia y transportistas. Al tiempo.
La suspensión de las negociaciones, tal y como lo anunció el secretario de Gobernación Valentín Menéses, no será definitiva, más temprano que tarde regresarán a besuquearse y fajarse para aplicarnos la huracarrana.
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El pleito por la dirigencia estatal del PRI subió de nivel, se puso mejor, y es que doña Beatriz Paredes Rangel ya tomó bando. Como quien dice se definió. Y lo hizo el pasado lunes, al aliarse a Melquiades Morales para impulsar a Alberto Jiménez Merino, un engrane que por ser campesino, une al exgobernador con la tlaxcalteca.
La idea, su idea, no tiene desperdicio. Melquiades accionaría su tablero en Puebla, “junto con sus amigos priistas y no priistas”, si fuese necesaria una consulta abierta a la militancia, y Paredes Rangel haría lo propio con la elaboración de una convocatoria que en su contenido mine el vigor marinista y lo orille a claudicar en sus deseos de seguir controlando el partido.
Nadie puede echar las campanas al vuelo, ninguno, la dupla suena interesante, pero existe un “pero”, Mario Marín no es un tipo acostumbrado a doblarse, al menos no con los de su mismo partido; ya se verá de qué cuero salen más correas y si El góber se decide a entrarle a los madrazos con Beatriz.
Autoría intelectual
****El priista Iván Galindo comenzó a cabildear con las fuerzas vivas del partido sus afanes por convertirse en el próximo líder municipal del PRI; habrá que sumarlo a Jorge Ruiz Romero y a Pablo Fernández del Campo que ya estaban anotados.
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