Por las entrañas del poder


Jesús Ramos

18/11/2009

En la sucesión las reglas cambian, ¡encuestas a la basura!


El punto de quiebre que distingue al marinismo de los proyectos antónimos de gobierno no es la guerra de encuestas ni los medios informativos que están a favor de uno y en contra del otro, vaya ni siquiera lo es el presupuesto que disfruta el dueño de la chequera que tanto critica el que carece de tarjeta de débito para acercarse a igualar el coste de las precampañas, la gran diferencia del episodio de la sucesión subraya que mientras uno recostó la cabeza en la soberbia y la confianza, el otro recargó la mollera en la estrategia política y la proyección de corto, mediano y largo plazo.


La política arcaica de recientes ayeres fue de embestidas, bufaladas, sentencias y obediencias. Sin embargo la de hoy, exige métodos novedosos, astucia, inteligencia y planeación. Apremia pues, mayor refinamiento y educación. En lo personal, creo que Javier López Zavala terminará por imponerse como candidato al gobierno, pero lo que hizo, ha hecho y sigue haciendo Enrique Doger es digno de agregarse a los manuales de alta gerencia política.


Escribir sin ton ni son, y a veces hasta en tono valemadrista y callejero, que el gobernador impondrá candidato como no lo han hecho sus antecesores y que Doger y Jesús Morales, juntos o por separado, nada tienen qué hacer en la pelea por Casa Puebla carece de argumentos no digamos teóricos, sustanciales. Muchos de ellos dan la impresión de ser arrebatos cargados de impotencia e incompetencia literaria. Pero ni modo, cada quien escribe lo que puede… y quiere en sus entregas.


Hace tres semanas fui a España a recibir un par de cursos de demoscopia y marketing y tiempo tuve de asistir a un Congreso Internacional de Estudios Electorales con la participación de eruditos de 25 países de Europa y América. Y hoy ya aquí, puedo apreciar que el escenario de la sucesión se descompuso por completo, en tan breve espacio, y que el machote original de la unción de candidato trazado por Mario Marín tendrá que ser modificado, no porque ese haya sido su plan de vuelo, sino porque la circunstancia lo apremia y el objetivo también. Y la circunstancia tiene nombre: Enrique Doger.


Al margen de lo que algunos calculan, apuesto tres a uno a que Doger bien pudo generar la desconfianza en las encuestas no para demostrar que él fuera el triunfador o el mejor posicionado y así obtener la candidatura, ni que fuera tan tonto, lo hizo con el propósito de llevar la sucesión a un terreno que lo ponga en igualdad de condiciones y circunstancias al de su adversario político: el marinismo. Sun Tzu le llamaba a esa treta, en uno de sus trece capítulos, llevar la batalla a un terreno favorable.


Y es que creo que hasta en eso ha habido una mala interpretación de parte de los analistas políticos. Primero, porque López Zavala no ha sido el enemigo público de Doger, su verdadero adversario lo es el gobernador Marín. Y segundo, porque aunque la gran mayoría supone que Doger pretende ganar con encuestas, en realidad lo que quiere es una consulta abierta por ser la única posibilidad de levantarse con la nominación de candidato priista tal y como lo hizo su mentor Melquiades Morales. 


Contrario a los que plantean escenarios poco serios de índole tipo A, B, C y D con cargo al gobernador, sostengo que Marín solo tiene un Plan, el A, de López Zavala, y que en cambio quien sí dispone de un Plan B, C y D, es Enrique Doger, porque casarse con una sola ruta de escape –no confundir la toma de decisión- en política es el suicidio. Y dicho plan, por lo que se interpreta, mira más allá de los horizontes del PRI si las condiciones negociadoras le resultan insatisfactorias.


La posibilidad de una o más encuestas de María de las Heras en la cajonera de Casa Puebla con porcentajes disímbolos resulta intrascendente, si acaso sería la puntilla, el tiro de gracia a un método de elección ya rebasado, lo trascendente será atestiguar los nuevos mecanismos a los que tendrá que recurrir el marinismo para legitimar la candidatura -para mi inminente- de López Zavala.


Si la crónica política fuera narrada utilizando la jerga de empresa de apuestas, tendría que decirse y aceptarse que La casa perdió la primera mano –Marín- y, en consecuencia, ganó El apostador –Doger-, porque en lo subsecuente, aunque sean auténticas, escasa credibilidad tendrán los porcentajes que resulten de las mediciones de María de las Heras, Consulta Mitofsky, BEAP, Opina o Indicadores, además de otros.


La política del mañana, de corto plazo, deberá ser, insisto, más inteligente y cerebral; más guiada por la estrategia que por la soberbia; la política que está a la vuelta de la esquina tendrá que ser de proyección y escenarios posibles más que de confianzas, claro, si es que en lo futuro la legitimidad algo interesa a los que detentan el poder.

 

Autoría intelectual

 

***Nos seguimos leyendo lunes, miércoles y viernes. Gracias a mi amigo Arturo Rueda por su tolerancia. **La incredulidad en las encuestas, por supuesto, alcanza la sucesión municipal; Mario Montero Serrano tendrá que empezar de cero. Lo que es peor, si Eduardo Rivera vuelve a asomar la cabeza por el ayuntamiento, la supuesta ventaja de Montero disminuye por el factor juventud vs fealdad y vejez.

 



 
 

 

 
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