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Las pruebas del plagio de Varillas

Cuando Doger le perdonó la vida a Valentín Varillas Cómo cambian las cosas, en el 2004 Enrique Doger Guerrero protegió al conductor de Televisa Puebla Valentín Varillas Henaine al impedir que fuera expulsado de la UAP y que lo declararan hijo non grato por plagiar o mejor dicho, clonar una tesis de un español que aspiraba a obtener el grado de doctor. Ahora Varillas ataca todos los días a Enrique Doger, pese a que el entonces rector de la UAP dio un manotazo e hizo que el caso Varillas no se tocara jamás ni en la universidad ni en la prensa poblana.


Pero esta historia es algo así como la terca memoria, pues sólo así se puede explicar qué fue lo que ocurrió cuando los académicos de la UAP descubrieron cómo es que se había plagiado o clonado una tesis a fin de que Varillas se presentara como todo un maestro.


Escena 1:
Trabajábamos en el periódico Intolerancia.


Una llamada a mi celular de parte de una amiga que estudiaba una maestría en la UDLA me comenta el escándalo que se registraba en la maestría de Ciencias Políticas de la UAP porque Valentín Varillas se había plagiado una tesis.


—¿Es en serio? —pregunté sorprendido.


—En serio. Ya hay varios académicos que piden la expulsión de Varillas.


Investígalo. Es un escándalo.


Inmediatamente me comuniqué con otra amiga que estudiaba en la maestría.


—Oye, qué sabes acerca del caso Varillas.


—Ja, quién te dijo.


—Un pajarito, ¿qué sabes?


—Mmm... Por teléfono no te cuento nada, mejor nos tomamos un café.


—Bueno, di sí o no ¿Varillas plagió una tesis?


—Sí.


—¿Quieren pedir su expulsión?


—Sí.


—¿Te parece asqueroso lo que hizo Varillas?


—Sí. Hay gente que se sacrifica por su familia, su trabajo y la maestría y este cuate lo hace con la mano en la cintura y por internet consigue la información.


Es un cínico.


—¿Quién pide su expulsión?


—¿Nos tomamos un café?


—Va que va.


Escena 2
Me entero que quien era el asesor de tesis fue el coordinador de la maestría, Paulino Arellanes. Un grupo de académicos están pidiendo la expulsión de Varillas. Tratan de ser muy precavidos porque se nota que Arellanes está del lado de Varillas. Lo están convenciendo de que lo denuncie ante el Consejo Universitario y ante el secretario general de la UAP, Guillermo Nares Rodríguez.

 

Algo salió publicado en e-consulta, pero Arellanes niega todo en una entrevista que le concede a Beatriz del Castillo.


Yo tengo la historia completa porque platiqué con mi amiga de la maestría.


Llego corriendo a la redacción de Intolerancia y me topo con el director del diario, Mario Alberto Mejía.

Le comento el asunto.

—¿Es en serio? —pregunta incrédulo.


—Sí, cabrón. ¿Cómo ves? ¿Lo manejamos?


Mario Alberto se pone serio, se lleva la mano a la boca.
—¿Está bien amarrado? Me va a odiar Varillas.


—Lo aguantas, jefe.


—El plagio es una de las cosas que no soporto.


Mario Alberto Mejía aguantó y de ocho columnas se llevó el escándalo del plagio de Varillas en Intolerancia.

Varillas fue descubierto como un plagiario.


Como un ladrón.


Como alguien sin escrúpulos.


Es un delito más grave que golpear a una mujer.

Escena 3

Entro al edificio que alberga a la maestría de Ciencias Políticas.


Noto nerviosismo.


Platico con varios académicos quienes se ven molestos porque saben que desde Rectoría se busca proteger al plagiario.


Además están buscando a quienes hicieron la delación.

 

Entro a la oficina de Paulino Arellanes.


Lo empiezo a entrevistar.


—¿Está conciente que Varillas plagió la tesis?


—Sí, es muy delicado eso.


—Pero usted era su asesor de tesis, ¿qué pensó cuando descubrió que sí había un plagio?


—Varillas nos engañó.


De pronto me quedé helado.

 

Imaginé una cabeza a ocho columnas escandalosa de Intolerancia creación por supuesto de Cirilo Ramos: Varillas nos engañó.

La entrevista sigue y el escándalo va en aumento. Es viernes, pienso, escribo temprano y me voy de pedo.


Termina la entrevista y le comunico a Mario Alberto el resultado.


Se emociona.


—¡No mames!


—Sí, güey.


—Está poca madre.


Son casi las cinco de la tarde. Estoy terminando de comer en la casa de mi mamá. Recibo una llamada de Mario Alberto Mejía.


—Mi querido Zeus, me apena llamarte pero es que me llamaron y me pidieron que ya no salga publicada la entrevista y que por el momento no se maneje el tema.


—No mames.


—Sí, sabes que a mi no me gusta hacer esto, pero hablaron directamente de Rectoría y pidieron el favor al dueño del periódico. Perdón, cabrón.

 

Somos amigos. A mí no me gusta hacer esto, pero me lo pidieron. Yo pienso seguirle, que no le bajes.


—No, pues ya ni pedo.


—Pero te propongo algo: busca a Pilar Calveiro (la académica que descubrió el plagio), que pase un tiempo y retomamos el tema.


—Sí, lo haré.


—Es en serio, Munive. Aguanta y ármate algo más en forma.


Mario Alberto Mejía hablaba en serio, pues no dejaba de insistirme casi todos los días que si ya estaba listo mi reportaje.


Mario defendió el tema periodístico.


Yo desilusionado, lo maté.


La verdad es que yo no había hecho nada. Estaba desilusionado porque se había protegido a un plagiario.


El tema lo di por muerto.


Varillas había ganado la batalla.


No sería expulsado y podría presentar su examen cuando quisiera.

 

Escena 4
Me entero que Alejandro Mondragón y Valentín Varillas se sientan con Melquiades
Morales y lo presionan para que el tema sea bajado. Melquiades Morales llama a Enrique Doger. Este último desde antes de que le comenten algo se compromete a no tocar a Varillas y que el tema quede en el olvido.


Escena 5
La semana pasada Carlos Loret de Mola denuncia en una serie de reportajes cómo es que se están plagiando las tesis por internet para obtener los grados de licenciatura y de maestría.


Pienso ¿sabrá acaso que Varillas (también de Televisa) es un plagiario?

Escena 6
A mis manos llegan los documentos que aquí se publican.


Ahí se lee que Valentín Varillas sí plagió su tesis para obtener el grado de maestría en Ciencias Políticas de la UAP, en agosto del 2004, según se La prueba que incrimina al conductor desprende de un oficio firmado por el entonces coordinador de esa maestría, Paulino Arellanes Jiménez —cuya copia obra en poder de Cambio— y enviado a Guillermo Nares Rodríguez a la sazón secretario general de la máxima casa de estudios en el estado.


Arellanes consideró en dicho oficio:
“Al recibir el trabajo final en forma completa, hice observaciones de forma que fueron corregidas, mismas que constan en la tesis; y al descubrirse dicho trabajo de tesis es un absoluto plagio de la tesis Doctoral (…) del sustentante: Ángel Enrique Carretero Pasín de la Universidad de Santiago de Compostela, cuyo director fue Juan Luis Pintos de Cea Naharro.


”En virtud de lo anterior, considero que además de suspender su examen del 20 de agosto, al alumno se le debe expulsar de la Maestría; y en calidad de Coordinador de la Maestría, considero que estas faltas deberán ser sancionadas con la expulsión.”

 

Escena 7
Que Fausto Alzati los agarre confesados.

 



 

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