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Zeus Munive

Por un Congreso uterino, señor, uterino

Algo quedó claro con todo lo ocurrido en el PRI en los últimos y recientes días. El Congreso del estado será en su mayoría zavalista y tendrá un pésimo perfil. La llegada del Alfredo “El Camionero” Rivera a la lista de plurinominales confirmó que la mayoría la tendrá el ex secretario de Gobernación.

Si bien es un triunfo para esa fracción priista, es un retroceso para la mayor parte de los ciudadanos, pues queda claro que el único que tendrá nivel o más nivel por lo menos es Valentín Meneses.

Veamos por qué: Cuentan que en la campaña de 2001, se hicieron varios cuestionarios a diputados locales. A Javier López Zavala se le preguntó que si como diputado modificaría la “Ley del talión”, aquella de ojo por ojo y diente por diente.

La respuesta de nuestro cuate fue de antología: “Vamos a analizarla a profundidad”.

Válgame Dios, imagínense si le pidieran que se reformara el Código de Hammurabi, a lo mejor termina por pedir una consulta ciudadana sin darse cuenta de la similitud del ojo por ojo y diente por diente.

Pero López Zavala es alguien que se ha puesto a estudiar desde ese entonces para acá y su posición como funcionario le ha hecho abrir su panorama y espectro cultural, pero qué pasará con un Leobardo Soto o una Cecilia Hernández Ríos, con el debido respeto, el perfil de ambos es muy bajo.

O con el ex director del DIF, quien se parece físicamente a Calzonzin, pero carece de todo su ingenio.

Lo mismo ocurrirá con los que van como uninominales, el perfil es muy bajo y eso sólo demuestra lo que un priista muy cercano a López Zavala pregona constantemente: “los hombres de primera gobiernan con hombres de primera. Los de segunda van con los de cuarta”.

¿Qué pueden esperar de alguien que pide altura de miras?

¿Qué pueden esperar de alguien que dice las ideas intemporales?

La llegada de Meneses al Congreso le dará un poquito de más nivel al tema legislativo. El problema del Vale es que se enoja muy fácil y es muy poco susceptible a la crítica, pero él le dará más nivel, de eso casi estoy seguro.

Los panistas, otro bodrio
El mismo caso es para los legisladores albiazules, pues los únicos con nivel son Eduardo Rivera, Luis Olmos y Pedro Gutiérrez, los demás, con todo el respeto, están para llorar.

Blanca Jiménez no conoce la “o” por lo redondo.

Cecilia Espino, quien ha jugado con Paredes y con Ana Teresa Aranda, carece de buen nivel de debate.

Juan Carlos Mondragón es un “yunquito”, egresado del Instituto México, que se ve muy lampiño, insípido, sin consistencia. Aquí no es bajo perfil, es que está totalmente desfigurado. Un “niño bonito”, nada más.

De los demás sería ocioso opinar.

La estrategia de Zavala
En la estructura mental del ex secretario de Gobernación se ha puesto la meta de que él será el verdadero operador de la campaña en este proceso electoral que estamos viviendo.

Su meta es culminar con la operación cicatriz.

Recorrer el estado.

Hacer campaña por la gubernatura.

Ganar adeptos y convertirse en el delfín de Mario Marín.

Asegura que ha logrado convencer a más de diez panistas para su causa.

Líderes empresariales, reporteros y columnistas están de su lado.

Y la llegada de Valentín es buena para el gobernador porque él tendrá que pedir licencia en año y medio al Congreso para irse a coordinar su propia campaña rumbo a Casa Puebla, es decir, Marín le dejará a Vale el control del Congreso estatal, como se espera.

Y es por eso que al final sí le convino desbloquear a Valentín para que se convierta en diputado, porque el Vale es el mejor para sucederlo.

Tiene la mayoría del Congreso del estado.

Conclusión, el próximo Legislativo estará para llorar.

Y entre ciegos el tuerto será el rey.